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Entrevista:Iñigo Urkullu | Presidente del PNV de Vizcaya

"Para el PNV la clave está en el concepto de cosoberanía"

Iñigo Urkullu (Alonsotegi, 1961) recibe a EL PAÍS un día después de que nacionalistas y socialistas hayan reabierto unos "canales de comunicación" cortocircuitados en los ultimos años con la cita del miércoles pasado entre sus máximos líderes, Josu Jon Imaz y Patxi López.

Pregunta. ¿No se ha perdido mucho tiempo desde Lizarra en 1998 para intentar ahora volver a la senda de la transversalidad entre nacionalistas y socialistas?

Respuesta. A nosotros se nos exigió que hiciéramos autocrítica del proceso de Lizarra por intentar gestionar a la vez normalización, convivencia y pacificación. La Declaración de Lizarra todavía es válida; otra cosa fue su gestión. Hicimos autocrítica, pero no hemos visto en los demás ningún signo de autocrítica. Ya dijimos en 1998 que alcanzar la normalización política no podía hacerse sólo entre las formaciones abertzales, sino que había que contar también al menos con una formación no nacionalista. En estos últimos años lo que ha habido es una mayoría absoluta del PP que buscaba la confrontación por la confrontación para tensionar a la sociedad vasca, con una dinámica que ha contado con el seguidismo del PSOE. Se ha negado el diálogo entre partidos y entre instituciones. Nosotros hemos trabajado por ese diálogo.

"Me parecería saludable una relación entre la izquierda 'abertzale' y el PSOE"
"Que nadie pretenda negociar con el PNV sólo de gestión de transferencias"

P. Pero el terreno de juego está donde estaba antes: centrado entre ustedes y los socialistas.

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R. No, es mucho más abierto y en él tenemos que participar todos. Hay otras necesidades de relación, incluso entre la izquierda abertzale oficial y el PSOE. No lo descarto y me parecería saludable. Y también con el PP, aunque ahora siga en la dinámica de la negación del hecho diferencial vasco.

P. El nuevo Gobierno parece dipuesto a recorrer caminos como la reforma del Senado, la participación de los gobiernos autonómicos en Europa, limitadas reformas constitucionales... Es un discurso nuevo.

R. Es un campo de juego válido para otros partidos con otras aspiraciones, pero no para el PNV. No responde al análisis político que hoy en día merece la realidad vasca. Hay un riesgo de volver al café para todos.

P. Da la sensación al oírles de que el PNV siempre quiere todo en una negociación.

R. El PNV, a priori, aspira a todo, pero los acuerdos se sustentan en cesiones mutuas. Ahora, que nadie pretenda que el PNV entre nuevamente en una negociación de transferencias pendientes del Estatuto de Gernika. El juego de la normalización política pasa por hablar de desarrollo de autogobierno, pero también de principios para solucionar el problema político vasco, que es secular y no se resume en la gestión de unas competencias. Ahora tiene que ver con el reconocimiento del ser jurídico de la sociedad vasca.

P. ¿Esa bilateralidad que plantea el plan Ibarretxe no se puede hacer encajar con los caminos que insinúa el nuevo Ejecutivo?

R. Entendemos que no encaja ahí si sólo se reduce a lo anunciado. Hay una clave de bóveda para nosotros: un sistema de garantías bilateral entre Euskadi y el Estado español, que se resume en el concepto de cosoberanía.

P. Eso casa mal con la Constitución y con el proyecto de Constitución europea.

R. Algunos parten de que la Constitución es inmutable y cerrada. La Constitución española tiene un reconocimiento del Estado plurinacional, pluricultural y plurilingüe; otra cosa es que no se haya ejercitado por los sucesivos gobiernos españoles. Y tiene una Disposición Adicional Segunda que habla de los derechos históricos. La Constitución española da juego, incluso para sus propias reformas. Y no se puede achacar a la propuesta del tripartito una supuesta inconstitucionalidad europea porque de hecho no existe tal Constitución. Veremos el juego que da la UE.

P. ¿Con qué mínimo estaría el PNV satisfecho?

R. Es necesario que el PSE entre a debatir el plan Ibarretxe en el Parlamento vasco, pero no sobre folios en blanco, con los que es difícil llegar a acuerdos. En 1979, con el Estatuto, también se confrontaron dos anteproyectos, no un folio en blanco. Los socialistas deben presentar su proyecto o entrar en el debate.

P. De la entrevista entre Imaz y López parece deducirse que las posiciones de cada uno están donde estaban. Si PP y PSE no entran en el debate, lo único que se evidenciará en el Parlamento serán las diferencias en los proyectos de los grupos del tripartito. Y el PSE cree, además, que el plan será la bandera electoral de Ibarretxe.

R. El PSE, al decir eso, se sitúa al final de esta legislatura. Y aún queda un año y al plan aún le queda mucha vida política. Además, ¿la propuesta electoral de quién, del PNV, de PNV-EA, iremos en coalición?

P. No han logrado sumar ni un apoyo más al plan.

R. ¿Y dónde se ha chequeado eso?

P. No ha concitado más acuerdo que el inicial de PNV, EA e IU.

R. Tan cierto es eso como que es la única propuesta que existe.

P. IU tiene su propia propuesta federalista; el PSE, su documento Más Estatuto, el PP habla de la Constitución y el Estatuto...

R. Es la única propuesta articulada. Y, además, formalmente no se ha debatido. Desde que Ibarretxe presentó la iniciativa, no la propuesta, hemos pasado años hablando del final del proceso: de la consulta, de la mayoría absoluta que requiere modificar el Estatuto, pero no del contenido. Hay partidos que ni siquiera se han parado a leer la propuesta del tripartito y sólo hablan de cara a la galería. Liberado del yugo de la mayoría absoluta del PP, es el momento de hablar del contenido de la propuesta y no de sus efectos posibles. Y yo tengo la esperanza de que se va a debatir. Se podrá estirar el chicle a la hora de flexibilizar el ritmo del debate, pero hay un compromiso de que la propuesta se vote esta legislatura.

P. Concrete en que estarían ustedes dispuestos a ceder o a cambiar de la propuesta.

R. ¿Y por qué tengo que adelantar yo mis cesiones? ¿Los demás qué están dispuestos a aportar? Ése es el debate.

P. Parece que ustedes nuncan tienen responsabilidad de nada. La culpa es siempre de los demás, que no se avienen a debatir.

R. Nosotros no cargamos la responsabilidad sólo en los demás. Tenemos vocación de diálogo y de construir conjuntamente. Lo fundamental es ese sistema bilateral de garantías.

P. Dicen los socialistas que para negociar con ustedes primero hay que hacerse nacionalista.

R. Para hablar con nosotros no hay que hacerse nacionalista. Eso es un error de concepto y faltar a la verdad de lo que han sido la relación que históricamente hemos mantenido. Los 13 años de Gobierno vasco compartido no le supusieron al PSE hacerse previamente nacionalista. Lo que hace falta es lealtad.

P. ¿Se ha quedado el PNV descolocado con la victoria electoral del PSOE? Da la sensación de que contra el PP vivían mejor.

R. Quien se ha quedado descolocado es el partido socialista. El PNV, como EA e IU, presentó su propuesta cuando el PP gobernaba con mayoría absoluta.

P. ¿La oferta al PSE de que entre en el debate de la ponencia con un texto es la última que por ahora piensa plantear el PNV? ¿Tiene fecha de caducidad?

R. La ponencia sigue su curso. El PNV puede hablar por sí mismo, pero la propuesta es de tres formaciones. No creo que el PNV se marque unos plazos determinados. Hay un plazo que toda la sociedad conoce que es el de la legislatura, que tiene una duración tasada. Y un año en política es mucho.

P. Al final, el PNV tendrá que decidir con quién quiere conseguir una mayoría absoluta y abrir la negociación con el Estado.

R. La pregunta pretende buscar la respuesta al final del camino y aún hay mucho camino por hacer. ¿Por qué optar por unos u otros? A priori, no tengo por qué optar. Lo que tengo que hacer es sentarme, escuchar, debatir... Partir de que tengo que optar sólo por Batasuna o sólo por el PSE, viendo que el PP está en la dinámica que está, no es un ejercicio en el que vaya a entrar.

P. Xabier Arzalluz acaba de decir que el largo proceso de elección interna en el PNV ha dejado heridas que no son "superficiales" y "no ha sido modélico".

R. De lo que dicen otros compañeros sobre cuestiones internas no tengo nada que decir. Hablo de las causas, no de las consecuencias. Y para mí las causas no tienen razón política, ni ideológica. Tienen más de aspectos superficiales.

P. No siendo una pugna política, queda claro que es una descarnada pugna personal por el poder.

R. Yo no he participado en este proceso por un poder que pudiera tener una connotación peyorativa. No me muevo por poder personal, sino porque haya un proyecto que ofrecer al conjunto de la afiliación. Y el proyecto que he ofrecido ha sido avalado por la afiliación del PNV en Vizcaya libremente.

P. ¿Teme que, visto el resultado de todo el proceso, se instaure un juego de mayoría y minoría?

R. No, en absoluto.

P. ¿Tiene la sensación de que Arzalluz se ha jubilado mal?

R. Quiero pensar que Xabier Arzalluz sigue siendo un valor. Y no me parece justa la apreciación de si se ha jubilado o no. Tiene que seguir siendo un valor de referencia, de asesoramiento, de consejo. Yo no amortizo a nadie.

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