Zapping
Bodas y fistros
En el programa de radio de Manel Fuentes, Problemes domèstics (Premio Ondas, RAC-1), Coto Matamoros habló de cine y de televisión. A su película le han hecho más caso fuera que en España y se mostró dolido porque la crítica no ha sabido disociar su ambicioso cerebro peliculero de su castigado hígado catódico.
Pantalones
En un castellano no apto para retransmitir bodas aunque sí sesiones del Congreso de los Diputados (esta semana, reyerta verbal entre mamarrachos y botarates, primer episodio de la Era del talante), Matamoros se quejó de que la tele haya renunciado a un espíritu transgresor o surrealista. Fuentes intuyó que su invitado estaba a punto de lanzarse y, sutilmente, intentó frenar su rajada. Pero Matamoros siguió repartiendo mamporros contra todos, incluso contra sí mismo (eso le honra), hasta admitir que, a su pesar, tendrá que regresar a la televisión para pagar sus deudas. "Me temo que voy a tener que prostituirme", dijo con una resignación muy realista, parecida a la que sentimos cuando, por circunstancias de la vida, nos bajamos los pantalones.
Chiquitistán
Tele 5 se caracteriza por una retroalimentación obsesiva de sus programas. La casa de tu vida o Gran Hermano han servido para proporcionar contenidos a Crónicas marcianas, Día a día, Aquí hay tomate, Salsa rosa o A tu lado, creando un bucle temático cada vez más repulsivo y menos fascinante. Con los mismos ingredientes se cocinan platos de gustos similares aunque con aliños distintos. Este sistema sólo se aplicaba a los concursos, pero el miércoles se introdujo una variante. Alberto Ruiz-Gallardón, brillante y locuaz alcalde de Madrid, estuvo primero en La mirada crítica y más tarde en Día a día. Además, su paso por la cadena también fue explotado por los informativos. Total: que tuvo más cuota de pantalla que Chiquito de la Calzada en su especial (Antena 3). Quiero felicitar al jefe de prensa de Ruiz-Gallardón, sólo superado por el de la Casa Real. Chapeau, macho. Y, precisamente por eso, contribuyo a expandir todavía más su aureola con este humilde comentario.