Un aparcamiento de 700 plazas, vacío desde 2001

En la plaza de los Reyes Magos, en el distrito de Retiro, hay, desde 2001, un aparcamiento público para residentes de 700 plazas, de las que sólo se utilizan 80. La razón: el Ayuntamiento niega el permiso de apertura a la empresa concesionaria, Parking Reyes Magos, SL, hasta que ésta no haya pagado una deuda de más de 775.305 euros contraída por el anterior concesionario.

Mientras tanto, los vecinos sufren para poder encontrar un hueco donde aparcar su coche, sufrimiento que a partir del próximo 1 de junio se incrementará, ya que lo notarán en sus bolsillos: el Ayuntamiento ha ampliado a la plaza y las calles adyacentes el servicio de estacionamiento regulado (SER).

El subterráneo tiene 16.000 metros cuadrados, cuatro sótanos y ha costado más de seis millones de euros "sin contar otros conceptos", según José García, el constructor. Sin embargo, no puede vender ni alquilar las plazas del garaje por una condición en la concesión, aprobada por el pleno del Ayuntamiento el 30 de abril de 1999, que obliga a la empresa a "asumir el pago de las deudas y el cumplimiento de obligaciones", de Deveri, SA, la anterior concesionaria, "aun cuando el origen de las mismas no tengan relación con su condición de entidad concesionaria del estacionamiento".

Los gastos de mantenimiento son de 18.000 euros al mes para sólo 80 coches

Parking Reyes Magos, SL, por su parte, solicitó la apertura del estacionamiento para poder ingresar el dinero necesario para pagar esa deuda. Pero se encuentra con la negativa del Ayuntamiento

, que persiste a pesar de que el Consistorio ha recibido, según los vecinos y la empresa, cientos de solicitudes de los residentes para poder dejar allí sus coches. Solicitudes que, por otra parte, el Ayuntamiento aparentemente no ha trasladado a la empresa, a pesar de que mantiene públicamente que el aparcamiento está abierto y en funcionamiento.

Antes de construirse el estacionamiento, el solar era un descampado sobre el que los vecinos dejaban su coche. En 1992 empezaron los trámites para iniciar la construcción del aparcamiento, y un año después el Ayuntamiento otorgó la concesión del proyecto a Deveri. Ésta, a su vez, subcontrató las obras con Narege.

Ambas quebraron hace más de cinco años, la segunda de forma fraudulenta, lo que obligó al Consistorio a dar la concesión a Parking Reyes Magos hace cinco años.

Esta empresa inició las obras, que terminaron en 2001, casi diez años después del inicio de los trámites. Desde entonces sigue cerrado, menos para 80 coches. Sus propietarios compraron las plazas por unos 18.000 euros en 1996, cuando la concesionaria era todavía Deveris, pero sólo han podido aparcar allí desde diciembre de 2003.

Funcionan todos los servicios: luz, seguridad, equipos antiincendios, pero sólo para esos 80 coches. Esto supone un enorme gasto de mantenimiento, unos 18.000 euros al mes, que recaen en la empresa sin que ésta tenga la posibilidad de ingresar dinero con el subterráneo.

José García es consciente de este obstáculo. "Hemos cumplido. El aparcamiento está en buen estado. Los vecinos quieren que se cumpla con sus derechos, y yo quiero poder cumplir con ellos, porque así podré salvar a la empresa. Todos ganamos, pero el Ayuntamiento sigue negándose a que abramos", afirma.

A primera vista, la plaza tiene casi el mismo aspecto que el descampado que era hace diez años. Encima del estacionamiento se construyó un jardín que hoy parece abandonado. "El Ayuntamiento dice que es de la empresa, que ellos tienen que cuidarlo. ¿Pero cómo van a hacerlo si no les dejan vender las plazas del garaje?", se queja un vecino.

El ambiente en la plaza es de enfado general: "Ya es el colmo de la provocación", afirma una residente, "que sigamos aparcando en la calle, nos vayan a cobrar por ello y mientras el aparcamiento esté aquí muerto de risa". La situación no parece que tenga visos de solucionarse pronto. Lo que sí está a punto es el cobro a los residentes por seguir dejando su vehículo en la calle: desde 40 céntimos por 20 minutos hasta 22,40 euros al año. "Eso sí", razona una vecina, "sin que tengamos la certeza de poder encontrar plaza y sin que nadie vigile nuestros coches".