Bloqueo económico
La repugnancia que producen las acciones del Ejército de Israel sobre gentes desarmadas, las vejaciones, torturas y cualquier otro de los numerosos episodios de depravación humana al que estamos asistiendo estos días merece alguna acción más contundente que la simple condena de los hechos. La UE, y España en particular, tienen la llave sobre la principal presión que se debería ejercer sobre el Gobierno de Israel. La economía de este país se basa por una parte en las desorbitadas ayudas militares y económicas de EE UU, y por otra (la más importante), en la condición de socio comercial privilegiado con la UE.
Un bloqueo comercial a un país que vulnera constantemente cualquier norma internacional sobre derechos humanos está más que justificada; por motivos mucho más livianos se han realizado bloqueos y aun guerras (bien cercanas).
La UE tiene la posibilidad de ejercer su liderazgo en la zona con la mejor arma posible, la presión económica, y buscando un beneficio propio. La situación en Israel es una de las razones más importantes en la subida del petróleo (parón en el crecimiento de la UE) y en la inestabilidad de los países limítrofes del Mediterráneo.
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