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Gubern ordena la obra del excéntrico cineasta granadino José Val del Omar

A José Val del Omar (Granada 1904 - Madrid 1982), director de cine e inventor de múltiples técnicas aplicadas al séptimo arte, no le gustaba que le llamaran cineasta. "Prefería el término cinemista, una palabra que él relacionaba con alquimista; o cineurgo, por dramaturgo", explica Román Gubern, catedrático de Comunicación Audiovisual de la Universidad Autónoma de Barcelona y autor de Val del Omar, cinemista, una biografía que pone orden en todos los materiales que se conservan de este excéntrico documentalista, presentada ayer en la Feria del Libro de Granada.

Es cierto que algo de alqumista tenía este granadino que no sólo rodó películas, sino que patentó sus propias innovaciones como el sonido diafónico -consistente en colocar un altavoz al fondo del patio de butacas que emitiera el sonido emocional de la película frente al principal situado junto a la pantalla-, la tactilvisión -que trataba de dar volumen a la imagen mediante luz pulsante- o el desbordamiento apanorámico, con el que creaba figuras fuera de la pantalla gracias al uso de múltiples proyectores.

Su producción artística, muy reducida pero muy reconocida, se creó siempre al margen de la industria. "Val del Omar era un francotirador, una rara avis que comercialmente fue un desastre. Sus documentales experimentales se financiaron con el dinero que su hija ahorraba de las producciones americanas de los 60 en las que trabajaba", explica Gubern, para el que el granadino fue "un místico muy influido por Teresa de Jesús y Juan de la Cruz".

Sus obras más admiradas son Aguaespejo granadino (1955) y Fuego en Castilla (1960), documentales que forman parte de una trilogía inacabada titulada Tríptico elemental de España. Con ella pretendió trazar una diagonal desde Granada hasta Galicia pasando por Castilla, en la que el agua, el fuego y el barro, servían de hilo conductor, según Gubern. Fuego en Castilla se premió en el festival de Cannes de 1961 por sus efectos especiales.

Gracias a Val del Omar, se conservan además documentos visuales sobre las Misiones Pedagógicas, impulsadas en la República por Bartolomé Cossío para acercar la cultura (y el cine) a las zonas rurales. Val del Omar hizo más de 9.000 fotografías y 40 documentales de estos eventos de los que sólo se conservan seis. Varias de sus estampas se utilizaron como propaganda republicana durante la Guerra Civil.

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