Concentración contra la Ley del Menor durante la vista de un crimen

El juicio por la muerte de una anciana en Sevilla el 22 de diciembre de 1998 comenzó ayer con las declaraciones de los dos menores inculpados, uno por el delito de asesinato y otro por robo, y con la de nueve testigos. Fuera, familiares de la víctima y representantes de la organización Movimiento Contra la Intolerancia se concentraron durante toda la mañana para pedir la reforma de la Ley del Menor.

Algunos de los familiares, muy nerviosos después de esperar seis años el inició del proceso, insultaron e intentaron agredir a los acusados por la muerte de la anciana, M. L. D., quien recibió 60 puñaladas dentro de su vivienda, situada en la avenida Ramón y Cajal de Sevilla.

Por este crimen ya fue juzgado y condenado en 1999, según la antigua Ley del Menor, F. J. B. M., que entonces tenía 15 años. El joven, que ya está en libertad, compareció ayer como testigo. Declaró que él y su amigo J. C. M. V., que ayer se sentaba en el banquillo y para quien el fiscal solicita ocho años de reclusión y cinco años de libertad vigilada, fueron los autores del asesinato de la anciana. J. C. M. V. negó esta acusación y declaró que lo único que hizo fue intentar que su amigo no cometiera el crimen y que cuando vio que no podía detenerlo se retiró a otra habitación.

Mientras, el otro inculpado, A.M.C, que se enfrenta a una pena de 18 meses de reclusión por un delito de robo, declaró que el día del suceso estaba en la puerta de la vivienda esperando a que sus dos amigos saliesen, según fuentes del caso. Dos semanas antes del crimen, los tres jóvenes, vecinos del nieto de la víctima, habían robado la tarjeta de crédito a la anciana y habían sacado unos 1.000 euros pesetas en el cajero.

Su hija relataba ayer lo ocurrido después de declarar como testigo: "Llegué con mi hijo de Puerto Real [Cádiz] y subí a la casa de mi madre, vi que estaba Álvaro (A.M.C) en la puerta, me preguntó por mi hijo y por las vacaciones, pensé que había venido a pedir perdón por el robo, mi madre me había dicho que eran ellos, aunque Álvaro no paraba de timbrar en la puerta. Estaba nervioso, me extrañé y bajé a avisar a mi hijo. Ellos aprovecharon ese momento para huir por la ventana de la casa. Luego entramos y nos encontramos a mi madre muerta".

Los familiares de la mujer asesinada como el representante de Movimiento Contra la Intolerancia en Andalucía, Valentín González, pidieron ayer una ley con "penas más contundentes".