Sueldos bajos
Si pretencioso me resulta el artículo firmado por el consejero Blasco El Plan Hidrológico: sin alternativas, más pretencioso sería intentar contestarle a todos y cada uno de sus alegatos; pero algo sí se le puede decir.
Es evidente que los recursos hídricos son escasos, pero dígase también que, siguiendo la trayectoria del PP llegaremos a agotarlos pronto, y serán insuficientes los trasvases del Ebro, el del Ródano y hasta el del Danubio. En EL PAÍS Comunidad Valenciana del 11 de mayo, un artículo titulado Una empresa urbanizará en La Vila terrenos cedidos a una fundación para un asilo dice que la promotora es la mercantil Los Almendros de Alicante, SA, de cuyo consejo de administración forma parte la esposa del senador por Alicante Barceló y suegra de Zaplana.
El PP, que gobierna el ayuntamiento con mayoría absoluta, ha aprobado inicialmente un expediente de modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). El proyecto contempla la construcción de 1.600 viviendas y un campo del golf ¿Alude a esto Blasco cuando se refiere a solucionar la escasez territorial de recursos hídricos desde el punto de vista de la eficiencia económica y de la sostenibilidad ambiental? Ahora viene bien al caso la broma de la lluvia y el zahorí, porque fe ciega en la técnica, mientras existan técnicos dedicados a determinados servicios en exclusiva, es para hartarse a reír. Efectivamente, esto es algo que se echa de menos en el Plan Borrell-Narbona de los ochenta; en cambio, el PHN tiene ya estudiadas las demandas reales de agua. ¿Se conoce el aumento de población urbana, estable y estacional, de los últimos diez años? ¿Se sabe cuántas hectáreas se han transformado clandestinamente de secano a regadío en ese plazo? ¿Es eso el desarrollo sostenible?
La solución ideal no existe, el trasvase, la desalación, el reaprovechamiento o una combinación de ellos deberá ser una decisión razonada de técnicos cualificados, no de empresarios y políticos interesados en los negocios y el cemento. Epicuro, el filósofo de Samos, aconsejaba, que para ser rico no hay que afanarse en aumentar los bienes, sino en disminuir la codicia.
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