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César Antonio Molina será nombrado hoy director del Instituto Cervantes

El escritor cree que ante los retos del español la institución necesita "un nuevo traje"

César Antonio Molina (A Coruña, 1952), escritor y hasta ahora director del Círculo de Bellas Artes, de Madrid, será nombrado hoy por el Consejo de Ministros director del Instituto Cervantes. Molina ha superado a varios candidatos que se han barajado en los últimos días y su nombre se impuso finalmente al de Amelia Valcárcel, catedrática de Filosofía en Oviedo, por el apoyo explícito de los ministerios de Cultura y Exteriores. "El Cervantes es una institución en desarrollo que debe buscar un nuevo traje para los retos y tiempos que corren", aseguró ayer Molina.

Ha costado, pero al final hay nombramiento. Lo rechazaron algunos. Se lo propusieron al diplomático José María Ridao y al ex presidente de la Comunidad de Madrid Joaquín Leguina, pero no hubo acuerdo. Luego saltaron las quinielas. Cada uno tenía un nombre, finalmente el de Molina es el que más consenso ha suscitado, principalmente entre el Ministerio de Cultura, que dirige Carmen Calvo, y el de Exteriores, con Miguel Ángel Moratinos al frente.

En el futuro más próximo, hay dos grandes retos -el próximo Congreso del Español, que se celebrará en la ciudad argentina de Rosario, y la celebración del IV centenario del

Quijote- para esta institución, que cuenta con 40 centros en todo el mundo y un presupuesto de 1,43 millones de euros. Ambos desafíos tienen mucho que ver con la gestión cultural, y serán un gran escaparate para el desarrollo de las industrias del español, una de las lenguas actuales de mayor expansión.

Molina se ha centrado en la gestión cultural pura y dura desde que empezó a dirigir el Círculo de Bellas Artes de Madrid en 1996. Desde allí, además, ha desarrollado varias actividades con organismos de la misma vocación que el Cervantes, como el British Council, la Alianza Francesa, el Instituto Italiano o el Goethe alemán. Cree que el Cervantes es una institución "joven y en desarrollo", pero que no debe ser identificada sólo con la enseñanza del español: "Debe ser el faro de la cultura en español, empezando por la lengua, pero contando también con cualquier expresión artística".

Su actividad debe ser conocida fuera de España, pero también dentro, "porque debe ser una institución en la que todos nos veamos implicados y no un gueto, porque la grandeza de nuestro país está en su cultura". Tampoco quiere ser excluyente con el resto de las lenguas del Estado y piensa que el Cervantes puede ser una gran plataforma para desarrollar proyectos en común con el Ramon Llull, volcado en la lengua catalana, así como con otras instituciones que se ocupan del euskera y el gallego.

Nuevos centros

Este año está previsto que se inauguren nuevos centros Cervantes en Belgrado, Budapest y Praga, con los que se reforzará la presencia del español en Europa del Este, además de en Estocolmo, pero, sin duda, los dos grandes proyectos en los que el instituto se la juega son el III Congreso del Español, que organiza junto a la Real Academia Española (RAE) y el Gobierno argentino, y el IV centenario del

Quijote, un reto que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pretende que se convierta en uno de los ejes de su política cultural. "Serán dos desafíos fundamentales de mi gestión", afirma Molina.

El que será nombrado hoy director del Cervantes es licenciado en Derecho por la Universidad de Santiago de Compostela, y en Ciencias de la Información por la Complutense, donde también se doctoró cum

laude con la tesis La prensa literaria española, que fue publicada en tres volúmenes. Fue profesor de Teoría y Crítica Literaria en la Complutense y durante los últimos ocho años ha impartido Humanidades y Periodismo en la Carlos III. Entre 1985 y 1996 trabajó en Cambio 16 y Diario 16, donde fue director adjunto para temas culturales.

Ha publicado 30 libros de ensayo, narrativa y poesía -en este campo ha sido traducido a varios idiomas-, así como estudios sobre medios de comunicación y crítica literaria.

Hoy también está previsto que Rosa Regàs sea nombrada por el Consejo de Ministros directora de la Biblioteca Nacional. Su designación fue confirmada esta semana por la ministra Carmen Calvo, cuyo departamento cierra con ambos nombramientos dos de los puestos importantes que quedaban por cubrir en el ámbito cultural, aunque en el del Cervantes la decisión corresponde además a Exteriores y Educación.

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