La oferta de 'wireless' rápido y barato fracasa en Zamora
El proyecto Wi-Fi, que un día mereció los mayores elogios, ha dejado de funcionar en la ciudad castellana medio año después de su inicio
Hace poco más de 10 meses la noticia dio la vuelta al mundo: en Zamora, ciudad castellana de 64.000 habitantes, un grupo de empresarios patrocinaba un proyecto para que los zamoranos se conectaran a Internet por 10 euros mensuales. Todo ello sin cables, desde cualquier punto de la capital y a una velocidad entre 256 Kbs y 2 megas.
La bicoca, bautizada como Zamora Hot City y cuyo coste total era inferior a un millón de euros, mereció la atención de varios organismos extranjeros. En junio de 2003 recibió el Computerworld Honor Award, el Oscar de la informática, que anteriormente habían recibido e-Bay, Federal Express y Amazon.
Entre 250 y 300 antenas de menos de 30 centímetros de altura habían hecho posible el milagro. Distribuidas por toda la ciudad, permitían a los zamoranos conectarse a Internet sin cables, con velocidad, y a un precio módico. El sistema fue instalado por la empresa Wireless and Satellite Network (WSN), que seleccionó a Zamora como la ciudad idónea para el proyecto. Un total de 62 pequeños empresarios zamoranos cubrieron el capital social de cerca.
Diez meses después, la ciudad wireless modélica ha fracasado. Los 1.500 abonados que llegó a tener la iniciativa se han quedado sin conexión. El Ayuntamiento intenta reflotar la iniciativa.
El proyecto, bautizado como Afitel, había comenzado a funcionar en pruebas en 2002; era una forma novedosa de conectarse a Internet.
Un aparato algo mayor que una caja de cigarrillos, conectado al puerto USB del ordenador portátil o de mesa, permitía engancharse a la Red por un precio módico y a una velocidad desconocida entonces y que todavía hoy muy pocos logran en sus conexiones domésticas.
Gracias a él, Zamora se convirtió en la envidia de millones de internautas. Como recuerda Nacho Iglesias, de la Asociación de Afectados Lanza, que defiende los derechos de los usuarios del sistema, "lo mejor de todo es que funcionaba y, en su momento culminante, muy bien. En casos concretos, hemos conseguido velocidades de hasta dos megas nada más engancharnos a la Red en numerosos puntos de la ciudad".
El proceso era tan sencillo como pasar por cualquier tienda de informática de la capital para darse de alta. Por unos 100 euros, el nuevo usuario compraba el aparato de conexión y recibía la contraseña que le permitía acceder a la Red desde cualquier lugar donde hubiera cobertura, que llegó a alcanzar el 80% del espacio urbano. Un desembolso de 9,90 euros al mes hacía posible el milagro, del que llegaron a gozar unos 1.500 zamoranos.
Pero mientras los responsables de WSN saboreaban las mieles del triunfo con el premio norteamericano, los problemas empezaban a notarse a pie de calle en Zamora. A medida que aumentaba el número de abonados, atraídos por la buena relación entre la calidad y el precio, empeoraba el servicio.
Al cabo de pocos meses, el sueño acabó convertido en pesadilla porque la falta de inversiones para colocar nuevas antenas, la carencia de mantenimiento del sistema y la saturación originada por la afluencia de internautas (algunos de ellos sin pagar) comportó primero el colapso y más tarde el final de la ilusión. Digamos que el proyecto murió de su propio éxito. Lo que empezó siendo una posibilidad real terminó en una mala experiencia que ha durado menos de un año. "En este momento", dice Rubén Conde, de la Asociación de Afectados, "no sabemos de nadie que tenga conexión en todo Zamora".
WSN, culpable
A la hora de buscar responsables, unos y otros miran hacia WSN, la empresa cuyo representante en la capital era el empresario zamorano José Manuel Reglero, que dice estar "desolado" por el fracaso; aunque sigue siendo consejero de la misma, dice que en este momento no tiene ningún contacto con ella y que sólo se considera un accionista muy minoritario.
Un accionista que, según sus propias palabras, se encargó de reunir en su momento 99 millones de pesetas entre comerciantes de la capital, que han visto cómo se ha desbaratado un proyecto ampliamente alabado.
A estas alturas, casi todos los que disfrutaron un día no muy lejano del sistema Wi-Fi se han buscado la vida con otro tipo de conexiones. Cuando se pregunta a los afectados si el proyecto tiene alguna posibilidad de levantar cabeza, todos parecen coincidir: con 300.000 euros podría ponerse en marcha de nuevo, aseguran tanto Reglero como los internautas. Y mientras lo dicen miran hacia el Ayuntamiento, del que esperan algo más que un gesto.
El primer teniente de alcalde, Ángel Macías, asegura que ellos siguen "apostando por este proyecto pionero". Macías ha encargado la gestión a una nueva empresa, Wireless Network Engineering (WNE), cuyo máximo responsable, Francisco Padilla, se comprometía la semana pasada a hacer lo posible por levantar la Red, a costa incluso de su "propio patrimonio".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.