Un botín de guerra
Los restos de los seis soldados israelíes se han convertido para las milicias palestinas en un botín de guerra. Los dirigentes de Yihad Islámica y Hamás son conscientes del valor que para los judíos tienen sus muertos, incluso los pedazos más pequeños y mínimos de sus cadáveres. Las tradiciones judías establecen que los cadáveres deben ser enterrados con todos sus miembros para poder así resucitar al final de los tiempos cuando llegue el Mesías.
Una organización ultraortodoxa judía, Zaka, que dirige desde Jerusalén Ezriel Yellin, ha asumido en estos últimos años la misión de recoger los restos de las víctimas de los atentados en Israel, pero también lo hace cuando se trata de una catástrofe o un accidente de coche.
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