Loncar sitúa al Madrid al borde del abismo

El acierto exterior de Loncar y la gran dirección de Azofra dieron ayer a Estudiantes la segunda victoria en los cuartos de final de la ACB, frente a un Real Madrid que afronta el tercer desastre de la temporada y vuelve a asomarse al abismo de los anteriores dos años.

Después de la contundente derrota del pasado sábado, el entrenador blanco, Julio César Lamas, sorprendió en el primer cuarto con una novedad táctica, la inclusión de Fotsis en el quinteto inicial, que desconcertó completamente a los locales. El griego dejaba en ataque que Kambala protagonizase las jugadas cerca del aro, y en defensa su presencia posibilitó alternar los emparejamientos individuales con una defensa zonal que causó muchos problemas al Estudiantes.

Los colegiales fallaron sus seis primeros lanzamientos triples, pero la entrada de Azofra, quien ayer disputaba su partido oficial número 500 de forma consecutiva, y las pérdidas de balón del Madrid hicieron que una canasta de tres del veterano base diera la primera ventaja al Estudiantes.

Nada más iniciarse el segundo cuarto, Kambala, autor hasta entonces de 10 puntos sin fallo, tuvo que sentarse en el banquillo tras cometer la segunda personal, y el Madrid perdió a su único baluarte ofensivo. Azofra superaba a Bennett y Loncar destrozó la defensa visitante con 13 puntos, incluidos tres triples en apenas 10 minutos.

En la reanudación los locales parecieron enmendar sus errores y lograron una máxima diferencia de 16 puntos, pero entre el vértigo a ganar de Azofra y compañía y la vuelta a pista del armario letón, autor de otra decena de puntos en el tercer cuarto, el Madrid volvió a meterse en el partido.

Sin embargo, la pareja exterior blanca seguía sin hacer acto de presencia -Herreros y Stojic tan sólo sumaron cinco puntos entre ambos al término del choque- y Kambala regresó al banquillo con cuatro personales, antes de un último cuarto en el que el baloncesto brilló por su ausencia.

Con el ataque de ambos equipos colapsado y Kambala olvidado por Lamas, el Estudiantes se sirvió de los tiros libres, auténtica tumba del conjunto blanco merced a una paupérrima estadística de 12 aciertos de 24 intentos, y del acierto de Loncar, autor de la única canasta local en juego durante este cuarto, para contener los triples a la desesperada de Bennett, para situarse a una sola victoria de las semifinales y de la ansiada competición europea.