Otra vez Loncar

El extraordinario partido de un ex jugador del Real Madrid, Nicola Loncar, permitió ayer la tercera victoria consecutiva del Estudiantes sobre el equipo madridista y su pase a las semifinales de la ACB. Con esta derrota, el Madrid pierde de nuevo la posibilidad de disputar la Euroliga, la máxima competición continental, y demuestra que la salida del túnel en el que está inmersa la sección desde hace tres años aún queda lejos.

Julio Lamas, técnico del equipo madridista, repitió el experimento de incluir a Fotsis en el quinteto inicial, pero a los dos minutos rectificó ante la ausencia mental del griego. El cambio fue providencial para el Madrid, ya que su sustituto, Bueno, se erigió en dominador de las zonas con siete rebotes en apenas cuatro minutos.

Eran momentos de desconcierto en ambos equipos y de una continua sucesión de faltas que mandó al banquillo a Herreros, con tres, y a Bennett, Jiménez y, una vez más, Kambala, todos con dos personales. Pero ya se sabe que cuando el baloncesto es sustituido por el frenesí el beneficiado casi siempre suele ser el Estudiantes, que aprovechó la confusión reinante, con Azofra como rey, para plantarle a los locales un parcial de 11 a 1 y tomar la delantera en el marcador.

En el segundo cuarto los árbitros relajaron los silbatos, y el Madrid, apoyado en ocho puntos del olvidado Burke y en siete del ya presente Fotsis, incluso llegó a ponerse por delante a tres minutos del descanso. Justo entonces Loncar volvió a presumir de muñeca, como hiciera en el tercer partido, con dos triples que acompañados por las 12 pérdidas de los madridistas en los primeros 20 minutos permitieron a los colegiales afrontar el segundo tiempo con una ligera ventaja y descargados de personales.

La reanudación comenzó con la tercera falta en ataque de Kambala, pero la continuada aportación anotadora de Fotsis permitió a los locales empatar el encuentro a cuatro minutos del final del tercer cuarto. Loncar reapareció en una nueva situación de presión, y como el Madrid pagó entonces los excesos defensivos del inicio, con Bennett en el banquillo, el Estudiantes recuperó el mando en el marcador.

Encomendado sin remedio a Victoriano, el Madrid resistió la recta final hasta que le duró el acierto a Fotsis, quien llegó a enzarzarse en una discusión en mitad de la pista con un Lamas demasiado nervioso. Una técnica al argentino había permitido respirar a los colegiales, siempre mejor dirigidos por el veterano Azofra, también inspirado desde la línea de los tres puntos, y confiados en la prodigiosa mano de Loncar.

Gracias a esta pareja de suplentes de lujo, ya decisiva en el partido anterior, el Estudiantes alcanzó una máxima ventaja de diez puntos a cuatro minutos de la conclusión.

Los madridistas tiraron entonces de coraje para reducir la desventa a sólo tres puntos con otros tantos minutos por jugar, pero la desmedida tensión blanca servía a Estudiantes para aguantar su mínima ventaja.

Fotsis seguía empujando el carro de las últimas esperanzas locales y Loncar le contestaba sin vacilar, con lo que los visitantes llegaron a los treinta segundos finales con cinco puntos.

Bennett, extenuado ante la falta de un sustituto de garantías a lo largo de toda la temporada, y Herreros, desastroso en las dos últimas derrotas blancas con sólo tres puntos, ya no estaban sobre el campo eliminados por faltas, y el Estudiantes no tuvo más que asegurar el acierto en los tiros libres para certificar su pase a unas semifinales donde le espera el Tau Vitoria y que le otorga, salvo sorpresa mayúscula, la clasificación para la Euroliga de la próxima temporada.