Un problema de retorno de la energía eléctrica
Los fallos del tranvía llevan a los técnicos por el camino de la amargura. Ayer ni siquiera se atrevían a apuntar una causa probable. La empresa retiraba el elemento bituminoso que aísla los raíles del entorno de cemento, suponiendo que la partida era defectuosa, pero sin tener la certeza de que así fuera. En cualquier caso, se eliminará todo el chapapote y el tranvía volverá a circular el próximo lunes sin el aislante.
Otra de las hipótesis es que haya un fallo en el retorno de la energía eléctrica. Ésta describe un circuito: parte de una subestación y alimenta a la catenaria, de donde pasa al tranvía a través de pantógrafo (que conecta el convoy con la red); de éste pasa al motor y a las ruedas, y retorna a la subestación a través de los raíles, salvo que hubiera un problema de conducción en el carril. En este caso, la energía se desviaría hacia la tierra (el cemento) a través del aislante y lo calentaría hasta deshacerlo. Este elemento sólo se disuelve por el calor o por el efecto combinado del aceite y la gasolina, pero en este caso hace falta mucho tiempo. En Estrasburgo el problema se planteó en un verano muy caluroso; en Barcelona estos días no ha hecho calor, pero ha caído mucha lluvia, que aumenta la conductividad del aislante.
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