Felipe González asegura que Europa atraviesa una "crisis existencial"
Barcelona
El ex presidente del Gobierno central Felipe González fue recibido como si de una estrella se tratara. Acudía a un debate con los visitantes del Fórum. Aplausos, flases de cámaras digitales, música. Su visita llenó a rebosar la sala del Centro de Convenciones que a última hora se habilitó para el encuentro. González debería haber conversado con los visitantes en el escenario de la plaza de la jaima bajo el lema 141 preguntas para 141 noches, pero la lluvia aconsejó buscar mejor refugio.
González, que hoy participará en el diálogo del Fórum El papel de Europa en el mundo, en el encuentro de premios Carlomagno, habló largo y tendido de la nueva Europa y de los retos a los que ésta tiene que hacer frente en el nuevo orden mundial. La periodista Marta Cáceres preguntó al también presidente de la Fundación Progreso Global si tras la incorporación de 10 nuevos países a la Unión Europea (UE) ésta se iba a convertir en un nuevo imperio. González respondió que no cree que Europa tenga voluntad de convertirse en un imperio y que lo que realmente le preocupa es el hecho de que Europa, a su juicio, no sabe muy bien qué papel quiere desempeñar en el mundo.
"Europa está sufriendo una crisis existencial", resumió el ex presidente del Gobierno. Y para superarla debería saber cuál es su sitio en la globalización. "¿Europa tiene relevancia para decidir sobre lo que pasa en Oriente Medio o es totalmente irrelevante?", preguntó al público. Lo que más criticó González fue la batalla que actualmente se está librando en el seno de la UE por el reparto de poder. "¿Por qué discutir sobre el reparto si todavía no sabemos qué poder tenemos?", inquirió.
La definición más apropiada de lo que en su opinión debería ser Europa la dio a lo largo de su charla: "Debería ser una fuerte democracia local con un fuerte poder global relevante hacia dentro y hacia el mundo". El proceso de toma de decisiones de la UE también fue criticado por González, del que dijo que le parecía "intolerablemente ineficaz".
Después de esta primera intervención, fue el turno del público. Unas seis personas subieron al atril para preguntarle sobre cuestiones como la subida de precios tras la adopción del euro, la Ley de Extranjería y la amenaza terrorista tras el 11-M. Y también sobre Irak. El ex presidente dijo que lo que más le preocupa es cómo se va a salir de la situación actual. "Todas estas atrocidades de los soldados estadounidenses alimentan la caldera de la humillación", señaló.
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