"La baja venta de cómics en España nos da a los autores una libertad creativa total"
Luis Durán (Oñate, Guipúzcoa, 1967) ganó en la noche del viernes el premio al mejor guión de 2003 del Salón Internacional del Cómic de Barcelona por Antoine de las tormentas (Astiberri), "un libro que es una historia de piratas y no es una historia de piratas", el álbum más largo que ha dibujado y un ejemplo de su exploración del género para contar historias de sueños, fantasía e introspección. Es el tercer premio que consigue; el tercer año consecutivo. El primero fue el de autor revelación de 2001, cuando tenía nada más y nada menos que 34 años.
Antes hubo muchos años de "caminar en círculos", de "aprendizaje muy lento", de estudios de Bellas Artes en Bilbao, de participación en concursos variopintos y de publicación compulsiva en fanzines y revistas como Makoki, El Víbora y Cimoc, e incluso de autoedición. Fue a partir de la lectura de un volumen autoeditado, Solsticio, que Jesús Moreno, responsable del sello independiente Sins entido, le pidió un proyecto que se convirtió en Vanidad, el cómic con que comenzó, hace tres años, la segunda parte de la trayectoria del autor.
"Cada vez hay menos separación entre autor y obra; ahora se cuentan historias más personales"
"Soy un pesado. Cuando empecé me pasaba el día en Correos porque mandaba material sin parar a todos los sitios donde podía colocar algo", afirma Durán, que explica que tiene viñetas desperdigadas en más de 400 fanzines tanto españoles como chilenos, mexicanos y portugueses. Ahora publica su trabajo en Astiberri, Sins entido y De Ponent, y se le tiene por uno de los autores españoles más prolíficos. Ha cambiado los chistes y la brevedad de sus inicios por el lirismo y la larga duración. "Al principio, las revistas donde podía publicar eran de corte humorístico, con un humor un poco bestia. Entonces, lo que me importaba era contar historias, que fueran humorísticas o poéticas era secundario. Pero me cansé. Ahora hago lo que quiero: mis películas en papel".
Es optimista respecto del momento que vive el cómic español en cuanto a la creación; otra cosa es el factor económico -"no trabajo pensando en el dinero", asegura Durán. "Uno de los aspectos positivos de que en España las ventas sean bajas es que los editores no te obligan a adoptar determinadas posturas pensando en la mercadotecnia. En estos momentos, el cómic está en un buen momento para avanzar a escala narrativa porque hay una libertad total". Y prosigue: "En los años ochenta podía haber tiradas de hasta 40.000 ejemplares, pero había muchos ilustradores que se pasaban al cómic; es decir, gente que realizaba una serie de ilustraciones que hilvanaba como podía. Había muchas hecatombes nucleares; mucha separación entre el autor y su obra. En cambio, ahora tengo la impresión de que los autores empiezan a contar historias más personales, se acercan a lo que les ocurre en sus vidas".
Durán exprime esa libertad de acción de la que hablaba en obras como Antoine..., que publicará también en Francia, La tierra negra, Atravesado por la flecha y la más reciente Caminando por las colinas de arena, una de vaqueros e indios. "En mis guiones hablo de cosas que tenía en la cabeza de pequeño. Siempre me gustaron las historias de vaqueros, el misterio y la fantasía de Poe y Lovecraft, la literatura gótica y romántica, Henry James... Mi trabajo parte de ahí". El género es un "traje" para llegar más lejos en sus narraciones sobre sujetos complejos, soñadores, protagonistas y héroes casi por accidente. "Puedo hacer historias de vaqueros o de piratas, pero siempre acabo contando historias de caminos equivocados, de destinos escritos, de trayectorias circulares que acaban regresando al origen, a la figura de la madre, o desembocando en la muerte". Respecto a la forma, Durán se toma su tiempo, cada secuencia tiene su ritmo. Su dibujo, cree, tiene algo de naïf, aunque se considera influido por los expresionistas alemanes. No le preocupa demasiado el realismo: "Se trata de contar la historia de alguien que monta a caballo, no la historia de un caballo", resume, pensando en las llanuras americanas de su último álbum.
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