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Carod advierte de que ERC no cederá poder en el Gobierno por el informe sobre la prensa

La dirección republicana cierra filas para evitar el cese inmediato de Miquel Sellarès

El secretario general de Esquerra Republicana (ERC), Josep Lluís Carod, advirtió ayer al presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y a los socialistas que su formación no está dispuesta a perder ni un milímetro de poder en el Ejecutivo como consecuencia de la tormenta política desatada por el informe apócrifo sobre la prensa. "ERC asumirá en el Gobierno la integridad de las competencias" que le asigna el pacto tripartito que llevó a Maragall a la presidencia, señaló Carod. Los republicanos han cerrado filas para evitar el cese inmediato del secretario de Comunicación, Miquel Sellarès.

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El líder republicano hizo esta advertencia en el consejo nacional de la formación, que aprobó las ponencias que el partido discutirá en su próximo congreso, en julio. El cónclave certificará la bicefalia existente en ERC: Carod asumirá la presidencia y cederá la secretaría general al presidente del grupo republicano en el Congreso, Joan Puigcercós.

La difusión por parte de CiU del polémico informe, que analiza la orientación de los medios de comunicación y la situación financiera de las empresas periodísticas, ha abierto una nueva crisis entre el Partit dels Socialistes (PSC) y Esquerra Republicana (ERC). Maragall y el PSC presionan para que el secretario de Comunicación, Miquel Sellarès -un hombre de la máxima confianza de Carod- asuma su responsabilidad, mientras que influyentes sectores de Esquerra ven el episodio como una maniobra de los socialistas para tomar el control sobre esta área clave del Ejecutivo. En medio, el conseller en cap, el republicano Josep Bargalló, haciendo equilibrios para que no se rompan los platos pese a la gravedad de los reproches mutuos.

"Contra el cambio real"

Carod, que mañana se entrevistará con Pasqual Maragall, avanzó ayer en el consejo nacional de Esquerra que en ningún caso aceptará perder el control sobre la Secretaría de Comunicación. Cuando estalló la crisis por su entrevista con ETA, Maragall recuperó las atribuciones sobre relaciones internacionales asignadas inicialmente al propio Carod. Las discusiones sobre Comunicación fueron en su día extraordinariamente complejas: la secretaría la controló Esquerra, pero la Dirección General de Difusión, el PSC.

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El dirigente independentista relacionó la nueva tormenta política con la existencia de "sectores políticos y económicos" contrarios al "cambio real" que a su juicio representa ERC. Y fue contundente al advertir que, en el Gobierno, ERC "asumirá la integridad de las competencias" que le atribuye el pacto tripartito.

Las advertencias de Carod no se quedaron aquí. Aunque envuelto en una frase de complicada sintaxis y equívoco significado, el líder de Esquerra apuntó que si al PSC no le gusta Sellarès, a ERC no le gustan algunos consejeros o altos cargos designados por el PSC y que si por ahora guarda silencio es sólo por "responsabilidad política".

"Lógicamente, en ERC hay quienes, seguramente con acierto, tienen una opinión propia sobre la idoneidad o no de determinados responsables del Gobierno en esta o aquella consejería", afirmó. Pero aclaró que no dará a conocer estas opiniones porque éste es "nuestro Gobierno".

El entorno de Carod ha acumulado reservas básicamente sobre tres socialistas: el secretario del Gobierno, Ernest Maragall, al que acusan de querer recuperar para el PSC competencias que el pacto atribuye a ERC; el director general de Difusión, Jordi Mercader, que comparte con Sellarès las responsabilidades sobre Comunicación del Ejecutivo, y la consejera de Cultura, Caterina Mieras. La gestión de la crisis del Instituto Ramon Llull ha indignado a destacados dirigentes de Esquerra, aunque en público se han expresado con mucha cautela precisamente para subrayar la "responsabilidad" de ERC.Carod se entrevistará mañana con Maragall para tratar de mejorar las relaciones, muy deterioradas como consecuencia de las sucesivas crisis en el tripartito y muy singularmente por la entrevista del líder republicano con la cúpula de ETA y su forzada salidad del Gobierno. La cita se fijó antes de que estallase la nueva crisis, que el entorno de Carod ve casi como si se tratara de un ataque al máximo dirigente de Esquerra, dadas sus estrechas relaciones con Sellarès.

Maragall ha encargado a Bargalló y al portavoz del Gobierno, Joaquim Nadal, una investigación para determinar la autoría del informe y les ha apremiado a tener conclusiones con rapidez. Pero la cúpula de Esquerra y Sellarès exigen que la investigación se amplíe para dilucidar también quién hizo llegar el documento a Convergència i Unió (CiU).

A juicio de Esquerra, la crisis va mucho más allá del episodio concreto que afecta a Sellarès: está en juego, sostienen destacados dirigentes de todos los sectores del partido, la "dignidad misma" de Esquerra, empeñada en contrarrestar la imagen de que a cada crisis en el tripartito la que pierde es ERC.

La cúpula de los republicanos quiere evitar el cese inmediato de Sellarès, pese a que éste podría dejar discretamente su cargo en un mes para trabajar en la candidatura de Carod para las autonómicas de 2007. Fuentes cercanas a Sellarès y a ERC explican que cuando Carod salió del Gobierno, el secretario de Comunicación pactó con el líder de ERC unirse este mismo año a su oficina electoral. Algunas fuentes de ERC añaden que el pacto fijaba la salida de Sellarès del Gobierno para antes del verano; fuentes cercanas al secretario de Comunicación fijan en cambio la fecha para Navidad.

Mas y la prensa

El jefe de la oposición nacionalista, Artur Mas, siguió presionando ayer al tripartito para que solucione "cuanto antes" la nueva crisis para así garantizar, dijo, "la libertad de expresión en nuestro país", informa Oriol Aymí. El dirigente de CiU teme que el Ejecutivo de izquierdas quiera "ahogar la libertad de expresión", pero nada dijo de la política de comunicación que llevó a cabo el Gobierno de CiU.

En 2003, el Ejecutivo de Jordi Pujol y Artur Mas otorgó discrecionalmente 18 millones de euros a distintos medios de comunicación (véase EL PAÍS de ayer). De éstos, 7,3 millones de euros se destinaron al grupo de La Vanguardia, periódico que también contaba con más de 16.000 suscripciones de la Generalitat. Algunas ayudas se concedieron en periodo electoral, una vez convocadas las elecciones.

En Reus (Baix Camp), adonde acudió para entregar carnets de Convergència a nuevos militantes, Mas ironizó sobre la visita de ayer del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con motivo de la inauguración del Fórum 2004 y dijo que "quizá" instruirá a Maragall sobre cómo resolver la crisis.

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