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El supuesto homicida de una estudiante de Usera, arrestado

El presunto autor acudió a un ambulatorio a que le curaran las heridas de la pelea

El asesinato de una estudiante de 17 años, A. M. L., en el parque de Pradolongo (Usera) ha sido esclarecido por el Grupo VI de Homicidios en horas. Gabriel P. G., un supuesto enfermo mental de 33 años, ha sido detenido y acusado de haber degollado y apuñalado por la espalda a su víctima, que solía quedar con sus amigas en el parque. El presunto homicida acudió a casa de un familiar y le dijo que sólo recordaba que se había visto envuelto en una pelea. Gabriel P. G. y la estudiante no tenían ninguna relación. Todo apunta a que el primero la atacó inopinadamente.

La joven fue hallada muerta por Pablo Santos García, un vecino de Orcasur de 71 años, que paseaba a su perrita Yenni por las proximidades del parque de Pradolongo, cerca de la confluencia de las calles de Rafaela Ybarra y del Parque de la Paloma. La víctima, que estaba en una pequeña plaza elevada rodeada de arbustos, se encontraba boca arriba, con los brazos abiertos y en medio de un gran charco de sangre. Presentaba dos cuchilladas en el cuello y otra en la espalda.

Los investigadores del Grupo VI de Homicidios se hicieron cargo de las investigaciones y comprobaron que no le faltaba ningún objeto de valor a la muchacha: aún tenía los pendientes, una sortija y el teléfono móvil. Este detalle hizo descartar que A. M. L. fuera víctima de un atraco callejero. Junto al cadáver había huellas en el barro que demostraban que se había producido una pelea entre la víctima y su asesino. La joven también había resultado herida en las manos cuando intentó defenderse.

La detención del presunto autor de las mortales cuchilladas se produjo horas después. Gabriel P. G. acudió a casa de una amiga. A ésta le dijo que no recordaba nada de lo que le había sucedido en las últimas horas. Tan sólo creía que se había visto envuelto en una pelea, cuyo final ni siquiera sabía. Sin embargo, estaba herido, sobre todo en las manos.

La amiga y el supuesto homicida acudieron a un centro de salud próximo, pero, dada la gravedad de alguna de las heridas, los facultativos decidieron trasladarlo al hospital Doce de Octubre. Los médicos del servicio de urgencias decidieron avisar a la policía a las 23.30 al escuchar la versión que les estaba facilitando el enfermo. Según fuentes de la investigación, el detenido estaba en estado de embriaguez o había consumido algún tipo de estupefaciente, supuestamente cocaína.

Los agentes de Homicidios interrogaron a Gabriel P. G. y éste les dio algún detalle de cómo se produjo el homicidio de la muchacha. También señaló que había abandonado algunos efectos personales entre unos matorrales del parque de Pradolongo. La policía registró esta enorme zona verde y halló no muy lejos del lugar donde murió degollada la muchacha, en la zona norte de la estación del tren de Orcasitas, una camisa y una cazadora del presunto autor, el cuchillo homicida y la mochila que llevaba la víctima. El chándal y la camiseta que llevaba se encontraban en la zona sur de la misma estación. El arma utilizada, un cuchillo, fue recuperado por el Servicio de Limpieza Urgente (Selur) del Ayuntamiento.

Restos de sangre

El detenido fue ingresado en la unidad de Psiquiatría del hospital Doce de Octubre, con custodia policial. Los médicos autorizaron ayer por la tarde que fuera interrogado por la policía. Fuentes de la investigación señalaron que Gabriel P. G. tenía aún en sus ropas restos de sangre que pertenecían a la víctima. El supuesto autor carece de antecedentes policiales.

La policía esperaba que el interrogatorio al detenido esclareciera por qué se produjo el homicidio. En principio, no existía ninguna relación entre la víctima y el arrestado. Los problemas mentales o las sustancias estupefacientes consumidas le pudieron llevar a matar a la muchacha.

El cadáver de la joven fue trasladado ayer tarde a la sala 25 del Tanatorio Sur. Hoy será incinerada a las 13.45 en el cementerio de la Almudena. Los familiares y allegados rechazaron hacer declaraciones de lo sucedido. Se mostraron visiblemente afectados por la pérdida de la menor, que era la hija única del matrimonio.

La joven vivía en la avenida del Cerro de los Ángeles, a unos 50 metros del lugar donde fue asesinada, lo que supuso "un golpe muy fuerte" en el barrio, según los vecinos. Estudiaba en un colegio cercano a su domicilio. Le gustaba entrenarse en el gimnasio y salir por el parque con sus amigas todas las tardes.

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