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Crítica:DANSA VALÈNCIA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Ansiedad, angustia, desesperación

Los caminos de la danza son inescrutables. Tomen, por ejemplo, el caso de Eva Moreno. Formada como bailaora en compañías de danza flamenca y española, lo que incluye algo tan serio como trabajar con Antonio Gades, decide en 1999 pasarse a la coreografía, mediante una estancia alemana en la escuela de Pina Bausch, donde aporta tres creaciones, antes de fundar su compañía Extremus, con la que estrena ahora Pared con pared, una reflexión urbana sobre la diversidad de personas y de problemas que viven en cualquier edificio, presidida por el convencimiento de que la creación coreográfica debe comprometerse con la realidad que nos habita.

Lástima que la realidad, incluso lo que el arte de la danza pueda tomar de ella para expresarla, recrearla o desentrañarla, sea muchas veces una amalgama confusa de complejidades que requiere de alguna sensata exploración intelectiva para situarse en el terreno explicativo, sobre todo cuando se trata de mostrar situaciones cotidianas.

Pared con pared

Por Extremus Danza & Eva Moreno. Intérpretes, Mercedes Burgos, Natalia Ferrándiz, Ainoa López, Bruno Argenta, Angel Bleda, Florencio Campo. Iluminación, Olga García, Dominic You. Vestuario, Eva Jardón, Cristina Rodríguez, Ignacio de la Iglesia. Escenografía, Mónica Bernuy. Composición y arreglos musicales, Miguel Malla. Dramaturgia, coreografía y dirección, Eva Moreno. Teatro Rialto. Valencia.

Ingenuidad

Hay que decir que se trata en este montaje de una reflexión tocada por la ingenuidad y apenas bailada. Eso carecería de interés para la crítica de no ser porque en su lugar se ofrece un repertorio de conductas adultas a partir de una mirada que se diría adolescente, que no siempre se muestra capaz de indagar en la realidad que insinúa, y que insiste más bien en las circunstancias de lo obvio, a la manera de un docudrama más televisivo que teatral o cinematográfico. Una escenografía de fondo como de patio de luces de vecinos, que recuerda vagamente al procedimiento visual de Hitchcock en La ventana indiscreta, funciona como panorámica general o de conjunto, de la que se van seleccionando, para su desarrollo en primer plano, algunas retazos de historias: el marido que se mosquea porque pierde su equipo preferido (lo que no sorprende cuando se trata del Barça) y la emprende con su mujer, la soledad de la vida centrada en el trabajo, y otros ejemplos simples de la vida en los grandes bloques de viviendas de las ciudades.

Una propuesta más interesante en su formulación que en su desarrollo, previsible hasta la exasperación, donde apenas si destacan algunos momentos de baile que en algo recuerdan al flamenco. En arte, el que sea, la realidad no se constata. Se indaga. Aquí, sólo se muestra.

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