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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Aviso en Atenas

Tres artefactos explosivos estallaron en Atenas ayer sin causar muertes, junto a una comisaría de policía de un distrito céntrico y hotelero. Los atentados no merecerían mayor atención en un país que hasta hace muy poco y durante muchos años padeció el terrorismo sangriento del enigmático grupo ultraizquierdista 17 de Noviembre -contra sus cabecillas recayeron 55 cadenas perpetuas en diciembre- si no fuera porque se producen a cien días del desfile olímpico. Grecia, hipersensibilizada ante la posibilidad de que los Juegos de agosto sean blanco de un golpe terrorista, pretende convertirse para entonces en un fortín inexpugnable.

Gobiernos como el británico o el francés han relativizado el alcance de los atentados, todavía no reivindicados y que la policía atribuye inicialmente a algún grupo radical o anarquista local. Pero Australia está revisando los procedimientos de seguridad para su representación en la cita olímpica, Washington los ve con creciente inquietud y algunos países estudian la posibilidad de blindar a sus representaciones con fuerzas propias. Como blanco directo del 11-S, EE UU es el país más ostensiblemente preocupado por las condiciones de seguridad de una competición a la que algunos de sus más célebres atletas consideran si acudir.

Los Juegos de Atenas son los primeros que cuentan con un comité internacional que asesora y supervisa en materia antiterrorista. El Gobierno de Costas Karamanlis, que ha pedido ayuda a sus socios de la OTAN para que vigilen el cielo y las aguas del archipiélago, va a gastar mil millones de euros y tiene asignadas 50.000 personas a la protección de la cita deportiva por antonomasia. Pero, como en el resto de los capítulos, también va con retraso en la instalación de avanzados sistemas de seguridad en más de un centenar de escenarios olímpicos. Nadie puede garantizar en ningún sitio una protección absoluta contra un grupo de dinamiteros, pero Atenas sufre un déficit de confianza en este terreno y se juega este verano mucho más que su prestigio organizador.

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