Apoyo y confianza
Ningún país pone en duda las medidas de seguridad atenienses y todos minimizan las bombas
La reacción internacional a las bombas de Atenas ha sido de apoyo y confianza a las medidas de seguridad de los organizadores olímpicos. El presidente del Comité Olímpico Español, José María Echevarria, mostró su "preocupación" por las bombas de Atenas, afirmó que el hecho de que no sean obra del terrorismo internacional "les resta gravedad" y anunció una próxima reunión con Interior para afinar el plan de protección para delegación española. Y Jaime Lissavetzsky, secretario de Estado para el Deporte, proclamó: "Los Juegos no están en peligro".
El primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente francés, Jaques Chirac, le echaron ayer una mano a su homólogo griego al reiterar su confianza en el trabajo realizado por las autoridades helenas en materia de seguridad y confirmar la participación de sus deportistas en los Juegos. Las autoridades de Australia se apresuraron a confirmar su participación en los Juegos, aunque dejando a cada deportista la libertad individual de decidir.
Todos los países han anunciado que extremarán las medidas de seguridad en torno a sus delegaciones. Francia, por ejemplo, enviará policías -sin armas- para proteger a sus deportistas.
Y tampoco faltó entre las voces que llamaron a minimizar el impacto de las tres bombas la reacción del Comité Olímpico Internacional (COI), el dueño del negocio olímpico que la pasada semana contrató un seguro de 160 millones de euros para cubrir sus ingresos en caso de una suspensión de los Juegos debida a fenómenos naturales -como un terremoto- o a ataques terroristas. "De acuerdo con las informaciones proporcionadas por las autoridades griegas", informa el COI vía un comunicado en su página de Internet, "nada permite indicar que los incidentes estén ligados a los preparativos de los Juegos Olímpicos".
La reacción más esperada era, de todas maneras, la de Estados Unidos, el gran gigante olímpico donde habían empezado las últimas semanas a oírse voces reclamando una retirada de los Juegos de Atenas. El martes, ante una comisión del Senado, Carl Lewis, víctima del boicot estadounidense a Moscú 80 por la invasión soviética de Afganistán-, hizo una encendida defensa de la necesidad de participar en Atenas y de las medidas de seguridad puestas en marcha por Grecia. Y el Comité Olímpico de Estados Unidos (USOC), organismo del que depende la decisión de participar o no, emitió ayer un comunicado manteniendo su confianza en los organizadores y confirmando la participación estadounidense. "Nuestra postura no ha cambiado", declaró el portavoz del USOC, Darryl Seibel. "Seguimos mantendiendo la esperanza y la intención de enviar a nuestro equipo a Atenas".
El ministro de Orden Público griego, Yorgos Bulgarakis, visita estos días Estados Unidos para reunirse con mandos del FBI y la CIA.
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