Tormenta política por un informe sobre medios de comunicación

El pleno del Parlament resultaba ayer bastante tedioso hasta que los pasillos sustituyeron al hemiciclo y se convirtieron en escenario de una nueva tormenta política. Los contendientes fueron el Gobierno catalán y la oposición de Convergència i Unió. Felip Puig, portavoz nacionalista, presentó un informe -sin membrete y sin firmas- cuya paternidad atribuyó al tripartito y en el que se analiza la situación de los medios de comunicación en Cataluña, así como su orientación ideológica. El Ejecutivo catalán negó que el texto fuera obra suya.

El documento pone de relieve "la visión excesivamente sectaria" que, a juicio de Puig, el Gobierno tripartito tiene de los medios de comunicación catalanes. "El tripartito tiene una voluntad claramente intervencionista" sobre los medios de comunicación privados, aseguró el portavoz de CiU.

La tormenta política tiene como epicentro la Secretaría de Comunicación, desde donde surgió

ayer un categórico desmentido sobre la paternidad del polémico informe. Desde esta instancia se aseguró que el informe presentado por CiU corresponde a un documento interno de uno de los partidos que integran el Gobierno catalán: concretamente a Esquerra.

Anoche, el presidente Maragall reunió en su despacho al conseller en cap y al secretario general de Comunicación, Miquel Sellarès, para intentar resolver la crisis.Fuentes del Gobierno catalán no descartaban que de la reunión pudiera surgir alguna dimisión en las próximas horas. No obstante, a última hora de la noche de ayer se descartó esta posibilidad, aunque no dejaba de apuntarse la probable dimisión de Miquel Sellarès en un futuro no lejano.

El polémico informe, dado a la publicidad por Convergència i Unió (CiU), incluye desde alusiones genéricas respecto a ayudas proporcionadas por los gobiernos de CiU a algún periódico (especialmente La Vanguardia, el "más subvencionado") hasta evaluaciones sobre líneas editoriales en relación con el Gobierno de Cataluña, pasando por elementos anecdóticos o muy personales.

Por su textura y el alcance de algunas de sus propuestas, el documento augura nuevas tensiones en el tripartito. Así, el texto asegura que "hay que favorecer una transición económica hacia la normalización del Avui y una transición democrática en las estructuras directivas de la redacción de La Vanguardia", asunto que fue muy criticado por CiU como ejemplo de "injerencia y ataque a la libertad de expresión". Del centenario rotativo se subraya su actitud favorable a los gobiernos del PP y de CiU y un carácter "hostil" al Ejecutivo encabezado por Pasqual Maragall. En referencia al Avui asegura: "En la medida en que la Administración perdonara sus deudas podría haber algún grupo empresarial que se hiciera cargo de él; si no, será difícil evitar la quiebra".

Respecto a otro de los grandes medios escritos, El Periódico, se subraya que se está recuperando de "tres grandes crisis" y se le atribuye una orientación prosocialista, así como una queja en el trato que recibe de la Administración autonómica en relación con La Vanguardia. De EL PAÍS se dice que muestra una actitud favorable al nuevo Gobierno catalán y se le imputa: "Están trabajando -para publicar o para presionar- en un artículo sobre las subvenciones del Gobierno de CiU a medios de comunicación, demostrando especialmente el favoritismo hacia su competidor directo, el Grupo Godó".

Origen del documento

El conseller en cap, Josep Bargalló, anunció la suspensión de los miles de suscripciones en bloque a periódicos heredadas de los anteriores gobiernos de CiU. Uno de los grandes rotativos locales acumula más de 16.000 suscripciones pagadas por el presupuesto de la Generalitat, según fuentes del Ejecutivo catalán. Todos los diarios con presencia en Barcelona, salvo uno (EL PAÍS), mantenían suscripciones, pero ninguno en cuantías comparables al caso reseñado.

Bargalló se negó ayer a dar cifras de estas suscripciones así como a citar a qué medios de comunicación se refería. "Primero se lo notificaré al Parlament", subrayó el conseller en cap. Medios de Presidencia aseguran que esta carta de cancelación a todos los rotativos catalanes que mantenían suscripciones fue remitida hace unos días por el conseller en cap.

Bargalló no quiso entrar en este asunto, pero fue tajante en el anuncio de una investigación respecto al origen del informe en cuestión. "Me dicen que el documento hace días que da tumbos por mesas, cosa que me preocupa profundamente porque quizá el error del Gobierno es que, entre las mesas por las que ha dado tumbos no ha habido ninguna de este Ejecutivo para conocerlo antes, lo que quiere decir que algún servicio de información nuestro no acaba de funcionar", destacó el conseller en cap.

La comparecencia de Bargalló y del consejero portavoz, Joaquim Nadal, se produjo a los escasos segundos de que el portavoz de CiU, Felip Puig, acusara al tripartito: "Tenemos constancia de que este documento de trabajo ha sido utilizado por miembros del Gobierno y en concreto por gente que tiene responsabilidades en políticas de comunicación".

La intervención de Puig se anunció después de que el presidente del grupo de CiU, Artur Mas, renunciara a su pregunta en la sesión de control al Gobierno para anunciar que haría público el informe "que pone en peligro la calidad democrática del sistema y la independencia de los medios de comunicación" respecto al Gobierno. La federación nacionalista pidió la comparecencia parlamentaria de Pasqual Maragall y Josep Bargalló para explicar el origen de este informe.

En la sesión de control al Gobierno, que transcurrió ajena todavía a esta tormenta, la oposición de CiU y el PP acusó al Gobierno de mantener una escasa actividad legislativa. Precisamente ayer los presidentes de los grupos parlamentarios almorzaron con el presidente de la Cámara, Ernest Benach, con el objetivo de poner en marcha la reforma del reglamento del Parlament.