Duscher sale del espejo
Ausente Mauro Silva, el argentino asume el protagonismo
"Mauro Silva es como un espejo en el que mirar y aprender", dice Aldo Duscher, consciente del privilegio de convivir con uno de los mejores medios centro. El brasileño ha sido un impagable ejemplo para el argentino, pero también una losa. Después de cuatro años en el Depor, Duscher continúa viviendo al otro lado del espejo, condenado a mirar y esperar la ocasión de asumir el protagonismo. Hasta ahora sus apariciones fueron esporádicas. Esta noche, sancionado Mauro, se enfrenta al partido más importante de sus 25 años de vida con la obligación de probar que ha asimilado las lecciones.
Faltarán Mauro, el caudillo, y Andrade, el central impenetrable. Javier Irureta sostiene que esas bajas "no condicionarán el juego del Depor". "No afectan a la creatividad del equipo, sino a su aspecto más destructivo, aunque es verdad que los jugadores que les suplirán tienen características diferentes", opina.
Duscher se ha esforzado por aprender de Mauro, pero sabe que es otro futbolista. No tiene su exuberancia física ni su capacidad para el quite. En sus orígenes, ni fue medio centro. "En Argentina jugaba de volante derecho con un sistema diferente", explica; "ahora me he adaptado a la posición de 5, como le llamamos allá. Tampoco me siento incómodo. Siempre me he manejado en la misma zona". Pero en su juego se observa cierta indefinición, como si dudase entre hacer de Mauro, un anclaje en la medular, o desatar su vocación atacante. "En el fútbol de ahora tienes que compaginar muchas cosas", dice; "yo hago lo que me pide el entrenador. O me armo en el centro del campo o me voy arriba si me da más libertad".
Nacido en un pueblo de la Patagonia que no llega al millar de habitantes, Duscher vivió las inclemencias de un entorno hostil. "En invierno sólo podíamos jugar al fútbol de salón", recuerda; "estábamos deseando que llegase el buen tiempo para hacer partidos en campos de tierra". Tal vez fue ese aprendizaje el que le infundió la resignación con que asume su papel en el Depor. "La continuidad es importante para coger confianza y no la he tenido", advierte; "cuando juegas una vez al mes, siempre estás con la tensión de querer hacerlo bien. Es una situación complicada, pero tengo que aceptarla".
Duscher pasará hoy la gran prueba frente a un fútbol que conoce muy bien, ya que su primer destino en Europa fue el Sporting de Lisboa. "Allí se juega más fuerte", comenta sobre la dureza del Oporto; "lo de la ida no me sorprendió".
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