Un cátedro en el Bundesbank
¿Axel Weber? ¿Y ése quién es? El desconcierto fue grande cuando el martes por la noche se conoció que el Gobierno alemán ha decidido nombrar a este catedrático como nuevo presidente del Bundesbank. El efecto sorpresa tuvo que ver tanto con el hecho de que los más opcionados para suceder a Ernst Welteke parecían otros -dos secretarios de Estado socialdemócratas y el actual vicepresidente del Bundesbank, Jürgen Stark-, como con la discreción y parquedad que este economista de 47 años siempre ha dejado prevalecer en público. Sí, Weber desde 2002 era integrante del consejo que asesora al Gobierno en política económica, los famoso cinco sabios. A diferencia de sus colegas, sin embargo, rara vez daba entrevistas a la prensa.
Lo cual no quiere decir que le falte ambición. Sucede, más bien, que este padre de dos hijos y apasionado corredor de fondo -ya ha participado en un maratón- solía centrar todos sus esfuerzos en la academia. Su carrera universitaria es de manual: tras estudios de economía y administración pública, a los 25 años comenzó a trabajar como asistente en la cátedra de Dinero y Divisas en la Universidad de Siegen, en el oeste de Alemania. A los 37 años, tras doctorarse y acumular experiencias internacionales en Londres, Tilburg (Holanda) y Washington, asumiría su primera cátedra en la Universidad de Bonn. Luego, en 1998, sería llamado a la Universidad de Francfort para ocuparse de economía monetaria. En esta ciudad asumió también la dirección del Centro de Estudios Financieros, un reputado instituto de investigación, y entró a formar parte del consejo científico que asesora al Bundesbank.
Sus libros y artículos científicos llevan títulos como El euro: reto y oportunidades para los mercados financieros o ¿Es efectiva para estabilizar los tipos de cambio la intervención de los bancos centrales? Más que teórico brillante, sus colegas lo tienen como un sólido economista neoclásico que siempre intenta sustentar sus posturas con evidencias empíricas. Es crítico con la gran importancia que el Bundesbank suele conceder a la evolución de la masa monetaria, pero, al mismo tiempo, defiende firmemente el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, y es partidario de una política monetaria que ante todo sea prudente. Ya advirtió que, por el momento, "no ve razón" para bajar tipos. En el consejo de Gobierno del BCE, sólo será uno de los 18 banqueros centrales que fijan el precio del dinero. Su voz, sin embargo, será escuchada con atención: junto al economista jefe de la autoridad monetaria, Otmar Issing, también alemán, representará a la mayor economía de la zona euro.
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