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Reportaje:

El cambio contable se acelera

Los grupos cotizados empiezan a medir el impacto de las normas internacionales de contabilidad en sus cuentas

Amaya Iríbar

La carrera para la adaptación a las normas internacionales de contabilidad ya ha comenzado. A la espera de que estas reglas se vuelvan obligatorias para todos los grupos cotizados europeos en 2005, las empresas han empezado a echar cuentas, a calcular el impacto que el cambio tendrá en sus resultados. La lentitud de la Unión Europea en la adopción de algunas de estas normas y el retraso de otras ha creado cierta confusión.

Sólo el 54,2% de las empresas españolas se declaraba en diciembre preparada o muy preparada para afrontar la adaptación

La central de reservas Amadeus es la única gran empresa española que publica sus cuentas anuales de acuerdo a las normas internacionales de contabilidad (NIC). Y eso que a partir del año que viene este conjunto de principios que emite un organismo técnico con sede en Londres -el IASB en sus siglas en inglés-, y que difieren significativamente de la normativa contable española, serán obligatorios para todos los grupos cotizados de la Unión Europea (UE), incluidos los de los países que se incorporaron ayer a la organización.

En España, la mayoría de las empresas afectadas se ha puesto manos a la obra. En principio, en 2005 sólo serán los grupos cotizados y para sus cuentas consolidadas. Los grupos de empresas que no están en Bolsa también podrán formular sus cuentas con estas guías internacionales si lo desean, si bien algunos expertos, como José Antonio Gonzalo Angulo, que coordinó la elaboración del Libro Blanco de la Contabilidad y es catedrático de la Universidad de Alcalá (Madrid), considera que serán muy pocos ya que las NIC son más duras y exigen mayor desglose de información que las normas españolas.

Sólo el 54,2% de las empresas españolas consultadas para el Barómetro de Empresas elaborado por Deloitte en diciembre decía estar preparada o muy preparada en el conocimiento de estas normas. La actividad de todos los grupos cotizados se ha intensificado con la llegada del año 2004, "el año puente", como lo define Jorge Herreros, responsable del negocio de esta auditora. No sólo porque el tiempo se agota, sino también porque las cuentas del año que viene, las primeras con las NIC, deben incluir también la comparativa con las cifras del ejercicio anterior, es decir, el actual.

En este esfuerzo de adaptación, las empresas tienen que identificar el impacto que la aplicación de las NIC tendrán en sus resultados. Hay algunas dificultades para ello. El bloque básico de normas ya han sido emitidas por el IASB. Pero las últimas se cerraron entre diciembre del año pasado y marzo de éste, cuando las empresas preparaban sus cuentas anuales del ejercicio pasado. "Ahora deben estudiar cómo les afecta este aluvión de cambios", asegura Enrique Asla, socio responsable de este tema en KPMG.

Además, aunque el cuerpo básico ya se conoce, en el caso de algunas normas concretas falta aún el visto bueno de la UE. Y es que para que las NIC se apliquen en cada uno de los 25 Estados miembro, deben ser recogidas en un reglamento europeo.

En esta situación se encuentran dos de las normas más controvertidas, la 32 y la 39 sobre instrumentos financieros, que tienen que tienen en vilo al sector bancario. Lo lógico sería que el comité encargado de ello, en el que está representado el ICAC español, les diera el visto bueno antes de que acabe el año, y, según un documento de PricewaterhouseCoopers, la fecha prevista es entre septiembre y octubre. Otros auditores, como Asla, piensan que "hay demasiados intereses que están paralizando el proceso. La patata ahora está en el tejado de la UE".

"Algunas normas no van a salir este año", reconoce el presidente del ICAC, José Luis López Combarros, para quien, sin embargo, la adaptación no tiene por qué ser complicada. No sólo la banca está pendiente de ello. Según López Combarros, que fue nombrado por el Gobierno del Partido Popular, otros sectores afectados son el de seguros, pues la norma fundamental no estará en 2004, y concesiones como las autopistas. En este último caso, el problema es que si se aplican las NIC tal cual, "se generarán discrepancias bastante importantes".

Con estos problemas en mente, algunos sectores ya han pedido que se retrase la implantación de las NIC, aunque ninguna de las fuentes consultadas cree en esta posibilidad.

Otra cuestión que se verá con el tiempo y afecta a todas las compañías es lo que Asla llama "doble juego". Como las NIC sólo son obligatorias para las cuentas consolidadas y hasta que se produzca la armonización de éstas con la normativa española, como pronto en 2007, los estados financieros individuales deberán seguir elaborándose de acuerdo al plan general contable, explica el auditor. En la práctica esto significa que los grupos contarán con las NIC, mientras que las empresas que los forman seguirán con las viejas normas.

Al margen del impacto contable de las nuevas normas, las empresas tendrán también que adaptar los procesos y sistemas a través de los cuales elaboran sus cuentas, explica Jorge Herreros.

La fecha crítica es el año que viene. El objetivo son unas cuentas más homogéneas, ya que permitirán comparar la información financiera de empresas de distintos países y no sólo europeos, más exhaustivas y claras y que dificulten la aparición de nuevos escándalos contables.

Diferencias significativas

Las normas internacionales de contabilidad (NIC) son principios más que reglas detalladas, que persiguen facilitar la comprensión y comparación de los resultados de las emprësas. Estas reglas presentan diferencias significativas con la legislación contable española vigente en la actualidad. Las más importantes, según distintos auditores y otros expertos consultados, son las siguientes:

- Valor razonable. La aplicación de este criterio significa que los activos de la compañía se valoran según su precio de mercado. En algunos casos las empresas tendrán que recurrir a expertos externos para hacer la estimación. Este criterio es más preciso que el que se aplica ahora en España, que es el de coste histórico por el cual se contabiliza siempre el precio de adquisición (lo que ha pagado la empresa por un bien más los gastos asociados a esa adquisición).

- Provisiones. Hasta ahora las empresas pueden dotar provisiones "casi cuando quieren", asegura José Antonio Gonzalo Angulo, pues esta figura no está muy definida en la normativa española. Las provisiones suponen la disminución del resultado del ejercicio. Cuando se apliquen las normas internacionales será mucho más difícil que esto se produzca porque éstas exigen que todos los gastos se contabilicen sólo cuando se producen.

- Más información. La nueva normativa exige un mayor desglose de la información financiera y con mayor claridad. Las empresas, por ejemplo, tendrán que informar sobre los sistemas de control de riesgos.

Otros cambios afectan a los instrumentos financieros, las operaciones de fusiones y adquisiciones, el fondo de comercio o las transacciones que impliquen pagos basados en acciones.

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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