_
_
_
_
Reportaje:CHIPRE Y MALTA | EL DIFÍCIL 'PUZZLE' DE EUROPA

Ventanas al Mediterráneo

Juan Carlos Sanz

Europa crece hacia el Este, en la órbita de Alemania, pero también toma posiciones en el Mediterráneo. La Unión gana con Malta y Chipre nuevas plataformas para estrechar relaciones políticas y comerciales con el norte de África y Oriente Próximo. La importancia estratégica de ambas islas desborda con mucho su desarrollo económico, que se sitúa a la cabeza de los nuevos Estados miembros, y, por supuesto, su superficie y población. Pero también incorpora, en el caso de la partición de Chipre, nuevos conflictos al catálogo de problemás de la UE.

Con una renta per cápita que alcanza el 80% de la media comunitaria, la tradición comercial de ambos países mediterráneos se ve consolidada además por su papel de puente entre ambas orillas mediterráneas y de puerto franco. El idioma inglés, herencia de más de un siglo de dominación colonial británica, es también el principal activo de su mano de obra. El sector servicios, sobre todo el turismo, da empleo al 65% de los trabajadores del sector grecochipriota, el único que ingresa ahora en la Unión, en tanto que el embargo internacional impuesto desde hace 30 años al sector norte tras la ocupación militar turca ha sumido al norte de la isla en la pobreza y el desempleo.

La Unión gana con Malta y Chipre nuevas plataformas para sus relaciones comerciales con el norte de África y Oriente Próximo
El inglés, herencia de más de un siglo de dominación colonial británica, es también el principal activo de su mano de obra

A pesar del no masivo de la población grecochipriota en el referéndum sobre la reunificación de la isla del pasado 24 de abril, la UE ha decidido apoyar el norte grecochipriota con más de 250 millones de euros. La Comisión Europea ha evaluado en más de 2.000 millones de euros en cinco años el coste de la reunificación de Chipre.

Malta se presenta también dividida en el momento de la ampliación. El referéndum para su adhesión a la UE celebrado hace un año, en el que el no superó el 53%, muestra la fuerza de la oposición del euroescéptico Partido Laborista al Gobierno nacionalista y conservador, que ha impulsado el proceso de integración con Europa desde hace tres décadas. Los poderosos sindicatos malteses, que temen que las regulaciones comunitarias arrruinen la industria de la isla, han conseguido que el Gobierno de La Valetta negociase con Bruselas cláusulas de salvaguarda para sus astilleros. Pero la católica Malta también ingresa en Europa con garantías para su tradicional neutralidad y para las prohibiciones legales del aborto y el divorcio.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_