"En ocasiones se hacen informes sobre medio ambiente a la carta"
Juantxo Agirre (Tolosa, 1965), licenciado en Geografía e Historia y especialista en arqueología histórica, fue recientemente reelegido secretario general de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, una entidad fundada en 1947 que cuenta con once secciones y más de 1.600 socios. Junto al resto de la Junta Directiva (repiten la mitad de los miembros), afronta su segundo mandato con el reto de renovar y ampliar las infraestructuras de la sociedad, repartidas en dos edificios de San Sebastián.
Pregunta. ¿Cuáles han sido los principales logros de estos últimos cuatro años?
Respuesta. Hemos adaptado la estructura interna y la gestión de la sociedad a la realidad cultural y empresarial de la Europa actual.
"Reformaremos las infraestructuras de Aranzadi. Necesitamos 5.000 metros cuadrados más"
"Hemos mantenido nuestra independencia en una sociedad tan complicada políticamente"
P. ¿Cómo lo han hecho?
R. En 2000, ampliamos el periodo legislativo a cuatro años. Esto nos ha dado una gran estabilidad, que nos ha permitido pasar de un presupuesto de 785.000 euros en 1999 a 1.603.000 en 2003 y de 117 proyectos de investigación subvencionados a 204. Por otro lado, seguimos siendo una sociedad en la que los socios desarrollan actividades científicas sin ánimo de lucro. Pero, además, hemos creado el Instituto Aranzadi para el Desarrollo de Proyectos en el ámbito profesional, desde una visión empresarial.
P. ¿Se siente Aranzadi presionada cuando las instituciones públicas, de varias de las cuales recibe subvenciones, le encargan informes?
R. Las instituciones son, en general, bastante respetuosas con nosotros, aunque ha habido situaciones muy delicadas, como el informe pericial que tuvimos que hacer por orden judicial en la plaza del Castillo de Pamplona con motivo de los restos arqueológicos hallados en la excavación del aparcamiento subterráneo. El Gobierno de Navarra intentó desprestigiar a Aranzadi [la sociedad denunció un "expolio" arqueológico]. Llegó a señalar que no tenía la capacitación suficiente, cuando es la entidad arqueológica decana del País Vasco.
P. ¿Quien contrata un informe a una empresa o entidad concreta es porque desea un resultado determinado?
R. Se han dado casos en los que Aranzadi ha hecho un informe cuando antes existía otro de determinada empresa medioambiental que decía lo contrario. Eso nos lleva a una reflexión: aunque cada vez tengamos más empresas privadas sobre medio ambiente, no por eso lo conservamos mejor. En ocasiones se hacen informes a la carta.
P. ¿Es muy difícil ser independiente?
R. Tenemos que emitir dictámenes sin estar condicionados por nada más que la propia metodología científica. Hay temas de mucha envergadura, como el impacto que pueden tener el tren de alta velocidad o el puerto exterior de Pasajes, a los que no podemos responder porque no tenemos capacidad técnica para abordarlos. Y si no tenemos nuestro propio informe, nos abstenemos de opinar. Pero si tuviéramos recursos, no tenemos por qué tener miedo. Hemos sabido mantener nuestra total neutralidad e independencia en una sociedad tan complicada políticamente
como la vasca.
P. ¿Qué retos tiene la Junta Directiva para este mandato?
R. Continuaremos el camino emprendido de repartir el trabajo entre lo militante y lo profesional. Y, además, realizaremos una reforma total y una ampliación de las infraestructuras de Aranzadi. Nos hacen falta 5.000 metros cuadrados más.
P. ¿Conoce el ciudadano Aranzadi o es una entidad que mira sólo a los especialistas?
R. Es cierto que la sociedad percibe Aranzadi o entidades como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas o la universidad como algo lejano, de gente sabia y poco permeable. Sin embargo, cuando comparamos Aranzadi con otros organismos vemos que tiene más capacidad de abrirse a la gente de a pie a la que le interesa la ciencia y quiere consultar algo.
P. ¿Tiene Aranzadi muchas consultas?
R. Invertimos bastante tiempo en atender consultas externas, algunas de personas que antes han llamado sin éxito a un departamento oficial. Suelen ser variopintas, desde quien ha encontrado un tejo muerto al que ha recogido una seta que no sabe si es venenosa.
P. Inquieta el peligro que corren muchos recursos naturales. ¿Cree preciso incidir en la educación infantil?
R. Es fundamental la voluntad política. La disculpa de que hay que educar a nuestros niños no exime de responsabilidad a los mayores y a quienes gestionan las instituciones. Los responsables políticos tienen que concienciarse de que muchas veces hay que conservar la naturaleza sólo porque es naturaleza, sin tener en cuenta la viabilidad económica de los proyectos.
