"Trato de matar la tendencia a juzgar"

El equipo de León y Olvido se presentó ayer en el Festival de Cine de Málaga dispuesto a dar a conocer la primera película en la que un actor con síndrome de Down es el protagonista. Detrás de esta historia de dos hermanos huérfanos -interpretados por Marta Larralde y Guillem Jiménez- que a ratos se quieren y a ratos se odian, está Xavier Bermúdez (Orense, 1951), un director que ha trabajado en radio, prensa y televisión de aspecto tranquilo y hablar pausado. En 1980 hizo su primer cortometraje, desde entonces tiene en su haber dos títulos como director Luz Negra grabado en 1992 y Nena, cinco años después.

Pregunta. ¿Contento con el resultado?

Respuesta. Con el trabajo de uno mismo nunca se sabe, pero con los actores y el equipo técnico he quedado muy contento.

P. ¿Qué fue lo más difícil en el rodaje?

R. No disponer de más tiempo. La rodamos en cinco semanas y siempre se echa en falta poder trabajar con más tranquilidad.

P. ¿Dónde grabaron?

R. Se rodó en La Coruña, en la ciudad y alrededores, en localizaciones que ya conocía.

P. ¿Cómo surgió la necesidad de poner la historia sobre el papel?

R. Es muy difícil de precisar. De repente te ocurre que te encuentras pensando en una historia así y cuando vas a tomar notas quizás llevas muchos días pensando pero no sabías como empezar.

P. ¿Es una película de denuncia?

R. No, lo que pasa es que quedan claras algunas deficiencias del sistema social en el que vivimos.

P. ¿Como cuáles?

R. Las dificultades que tiene una joven huérfana para sostenerse, para seguir estudiando, pero también y sobre todo de una serie de valores como tener el dinero como principal referente.

P. ¿Hay buenos y malos?

R. Trato de matar la tendencia a juzgar a la gente. Sé que el público se siente más cómoda si se le indica que debe querer al personaje o detestarlo pero no se trata de eso.

P. ¿Cómo fue el trabajo con Guillem?

R. Fue muy bueno, mucho mejor de lo que podía soñar. Tenía dominados los diálogos y una intuición de qué es lo que requería cada escena.

P. ¿Buscó algún algún tipo de asesoramiento en asociaciones con personas con síndrome de Down?

R. No, había hecho un reportaje con ellos en una escuela.

P. ¿Cómo encasillaría la cinta dentro de un género?

R. Diría que es una tragicomedia. Confío en que el talante es más alegre que triste. La alegría no es incompatible con encontrarse cara a cara con el lado oscuro de las personas.