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El arzobispado pide que se retire la obra "blasfema" del cuñado de Aguirre

"Los dramaturgos nos dedicamos a hablar de lo que pasa en la calle", dice el escritor

El arzobispado de Madrid pidió ayer la "retirada inmediata" de la obra de teatro Me cago en Dios, que se representa en el Círculo de Bellas Artes, porque "constituye la mayor ofensa a la dimensión humana más sublime de la persona". La institución eclesiástica afirma que el título de la obra "es la expresión más abrupta de la blasfemia, lo que supone herir la sensibilidad de la gran mayoría de la sociedad".

Por su parte, el autor, Íñigo Ramírez de Haro, que es cuñado de la presidenta, Esperanza Aguirre, afirmó ayer que estaba "atónito" al comprobar las fuertes reacciones que había provocado su obra, máxime cuando esta pieza teatral "tiene como título una frase que se oye en la calle continuamente"."Estoy atónito al comprobar que vivo en un país en el que el clericalismo sigue reinante y no hay separación entre Iglesia y Estado". Así se expresa Íñigo Ramírez de Haro, autor de Me cago en Dios, obra que ha sido repudiada por "blasfema" por Esperanza Aguirre.

La obra no ha contado con ningún dinero público para su puesta en escena, por lo que Aguirre se ha dirigido al Círculo de Bellas Artes (CBA), entidad privada sin ánimo de lucro que recibe ayuda económica de la Comunidad y que programa unos mil actos al año. En diversos sectores de la cultura se comentaba ayer que Aguirre "le tiene ganas" desde hace tiempo al CBA, dado el talante liberal y progresista de esta institución, que ha acogido en su sede numerosos actos contra la guerra de Irak o de las Brigadas Internacionales.

Ramírez de Haro se muestra sorprendido de que "todo siga en manos de curas y monjas y el espacio laico no encuentre lugar de convivencia con el mundo clerical, como ocurre en otros países europeos".

"Es bastante llamativo que una obra que tiene como título una frase que se oye en la calle continuamente provoque que se rasguen las vestiduras los clericales bienpensantes. Los dramaturgos nos dedicamos, desde los griegos, a hablar de lo que pasa en la calle; mi teatro siempre ha sido así y seguirá siendolo".

"Censura a una institución"

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En cualquier caso el autor de obras como Lo siento, Sanum, Letizia es nuestra reina (los reyes también lloran) o Di sí mula, señala que toda esta situación plantea dos morbos especiales. Por un lado, el hecho de que es cuñado de Aguirre y, por otro, la carta que ha enviado la presidenta, "que habría que inscribir en el marco de la censura a una institución laica y que hace que nos preguntemos qué pasa con la sensibilidad de muchos madrileños, con la provocación permanente del clero, con la eliminación sistemática del que piensa de distinta manera, con la imposibilidad de encontrar ataúdes sin crucifijos, con unos funerales de Estado por las víctimas del 11-M exclusivamente católicos, cuando entre los muertos había ateos y personas de otras religiones...", dice el autor.

La obra es una inmersión en el fenómeno de la religiosidad: "Hay mucha autobiografía, yo me eduqué en los jesuitas, rodeado de ejercicios espirituales, toqueteos sacerdotales y conversaciones con Dios. Hablo de la realidad de millones de españoles, de cómo las religiones se han cebado en las cabezas infantiles creando un mundo de tarados, ya que la construcción que te inoculan del mundo es la del dolor, la culpa, el remordimiento...", señala el autor.

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