11 horas por el desierto iraquí
Los ataques de la insurgencia iraquí obligan a los soldados españoles a viajar con el casco y el chaleco antibalas dentro de autobuses
Pasadas las cuatro y media de la tarde (una hora menos en la España peninsular), los últimos 260 soldados de la Brigada Plus Ultra II terminaron su andadura en Irak. Agotados y sudorosos tras 11 horas de viaje, todavía les restaban dos horas mas para llegar a Camp Virginia, una enorme base estadounidense de transito en el norte de Kuwait, a algo mas de 50 kilómetros de la frontera iraquí, en pleno desierto.
Los uniformados españoles de la Brigada Mecanizada Extremadura, con sede en Botoa (Badajoz), viajaron en un convoy de vehículos militares y media docena de autobuses kuwaitíes, contratados por el Ejercito norteamericano. El teniente de enlace en Camp Virginia, Javier Donesteve, alababa ayer la colaboración de los estadounidenses. Y destacaba que no han mostrado recelo alguno después de que el presidente Rodríguez Zapatero anunciara el repliegue de las tropas.
"Se están portando de maravilla. Tienen una capacidad de transporte que nosotros no podemos alcanzar. Cuando les decimos que no somos un país tan rico, ríen y contestan que su ayuda a los españoles no es demasiado relevante. A los soldados de otros paises les tienen que dar hasta los uniformes".
Camp Virginia puede acoger hasta 12.000 militares de cualquiera de la treintena de paises que han colaborado con la coalición, aunque anoche estaba semivacía. Los soldados españoles no tuvieron ni un minuto de descanso. Junto a innumerables contenedores de material y vehículos blindados, comenzaron inmediatamente a entregar su armamento y otros equipos antes de partir hacia la ciudad de Kuwait. Tampoco les importaba demasiado no tener un respiro en medio de la polvareda levantada por el trasiego. Desde la capital del riquísimo emirato petrolero, estaba prevista, a las dos de la madrugada de hoy (hora kuwaití), su partida en un avión de Air Europa hacia España. En los últimos kilómetros del trayecto algunos soldados comenzaron a cantar, sin gran estruendo, canciones de su tierra, de Málaga, de Aragón... Aunque llegaban con evidentes síntomas de cansancio.
No sólo por los cuatro meses que han pasado en Irak. Durante las 11 horas que se prolongó el viaje por tierras iraquíes, con las cortinillas del autobús corridas, tuvieron que llevar el chaleco antibalas y el casco puesto como precaución ante un eventual ataque de los insurgentes iraquíes. Demasiado calor incluso con aire acondicionado. Pero, pese a estos sinsabores, uno de los soldados recién bajados del autobús aseguraba: "La mayoría de nosotros no deseábamos la retirada. Para eso nos metemos en esto".
Los 1.300 militares de la Brigada Plus Ultra II han sido relevados por miembros de la Legión y del Cuerpo de Ingenieros del Ejercito, encargados de ejecutar el desmantelamiento de Base España. ""Las camas, mesas, neveras etc se quedan en Irak para que las utilicen los soldados que van a reemplazarnos. Es más caro embarcarlo que comprarlos de nuevo en la Península", asegura Donesteve.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.