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Arcelin se moviliza para reparar la "vergüenza" de la piel del Negro de Banyoles

Jacinto Antón

"Hay que volver a empezar". Así se expresó ayer Alphonse Arcelin -el médico de Cambrils que inició la polémica del Negro de Banyoles en 1991- al enterarse de que la piel del africano disecado no se enterró en Botsuana y permanece en el Museo Nacional de Antropología de Madrid. Arcelin, que se empeñó en una onerosa cruzada personal para que el bechuana fuera retirado y posteriormente trasladado a África, consideró "una vergüenza" que no se enviara la piel. "Esto no puede quedar así. Voy a volver a contactar con la Organización para la Unidad Africana (OUA). La piel es una parte de ese señor y es un insulto, además, que la guarden en una caja. Sospechaba que no había ido todo, pero no que se iba a tratar así lo que quedara. Guardarlo otra vez en un museo me parece un insulto. La piel sí tiene importancia ¿y si algún día deciden exhibirla?". Arcelin no entiende por qué se decidió no enviarla. ¿Por pudor? "Puede ser, habría llamado mucho la atención". El médico de origen haitiano considera que hay que mandar la piel a Botsuana, aunque matiza: "No hace falta otra ceremonia".

Según el Ministerio de Asuntos Exteriores, "se decidió el envío de huesos porque eran restos mortales auténticos; se informó a las autoridades de Botsuana de lo que se iba a devolver y no objetaron".

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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