'Alejandro y Ana', del grupo Animalario, triunfa por sorpresa en los Premios Max

Alejandro y Ana (lo que España no pudo ver del banquete de boda de la hija del presidente) se convirtió ayer en la gran sorpresa de la gala de la VII edición de los Premios Max de las Artes Escénicas al lograr el galardón al mejor espectáculo de teatro. La sátira sobre la boda de la hija del ex presidente Aznar logró también el premio al mejor empresario privado para la compañía Animalario. La gran favorita, Las bicicletas son para el verano, basa da en la obra de Fernando Fernán-Gómez, sólo alcanzó cuatro de los premios de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).

De las 12 candidaturas con que partía, Las bicicletas logró únicamente los premios al mejor autor en castellano (Fernando Fernán-Gómez), al mejor director de escena (Luis Olmos), a la mejor iluminación (Quico Gutiérrez) y al mejor figurinista (María Luisa Engel). Fernán-Gómez no acudió a recoger el premio en una gala en la que hubo otras ausencias, como la de Óscar Tusquets, Tomatito, Agustín González o Sol Picó. Mercedes Sampietro tuvo el premio a la mejor actriz por su interpretación en la obra Dissabte, diumenge i dilluns; el mejor actor fue Miguel Ángel Solá por Hoy: el diario de Adán y Eva.

La gala, celebrada en el auditorio de Zaragoza con la presencia de la ministra de Cultura, Carmen Calvo, comenzó con un saludo del presidente de la Sociedad General Autores, Teddy Bautista, en el que se hablaba del cambio y de los nuevos tiempos: "Bienvenida, ministra, ahora le llamo ministra, ¡ya era hora! -dicen por ahí-. Bienvenidos a la república de las artes escénicas, seamos libres, seamos tolerantes, hagamos de esta fiesta una fiesta de la inteligencia y de la creatividad". En un escenario en el que se rindió homenaje a Mediterráneo, de Juan Manuel Serrat, las castañuelas de Miguel Ángel Berna, repiqueteando la canción, abrieron un homenaje al autor catalán que tuvo su punto y seguido con una coreografía de Víctor Ullate, la danza flamenca, los títeres y las sombras chinescas, el hip-hop, o el divertidísimo diálogo que Jaime Blanch y Luis Varela mantuvieron con la letra de la canción como argumento en clave de humor. El protagonista fue Serrat, presente y cerrado en la voz de Carmen París, que interpretó el último Mediterráneo como colofón de la gala.

Llum Barrera, vestida de Tony Miró, fue el hilo conductor de esta VII edición, a la que concurrían 247 autores y 228 espectáculos estrenados en el año 2003. Durante la entrega de los premios hubo guiños a la actual situación política, pero sin duda el momento más reivindicativo lo protagonizó Animalario. El actor Alberto Sanjuán leyó toda una declaración de principios: "Alejandro y Ana surgió de nuestra inquietud por un mundo gobernado por una derecha cada vez más dura. Un mes y medio después de la matanza del 11 de marzo estamos aquí. El 11 de marzo la guerra reventó en nuestra casa, esas personas despedazadas son las mismas en Bagdad, o Madrid o en cualquier rincón del mundo. No hay guerras lejanas, hay una sola guerra. La retirada de las tropas puede marcar un nuevo rumbo. La guerra patrocinada por Bush, Blair y Aznar es terrorismo y es nuestro terrorismo".

El premio al mejor espectáculo de teatro musical fue para Amants, de Vania Produccions. El mejor autor teatral en catalán fue Josep Benet y Jornet por L'habitació del nén; en euskera, Patxo Tellería por Euskera sencilloaren manifestoa; Suso de Toro, por Círculo, fue el mejor autor gallego; la mejor adaptación de obra teatral, Roberto Cerdá, por Vida y muerte de Pier Paolo Pasolini, y la mejor composición musical para espectáculo escénico, José Nieto, por El burlador de Sevilla; Blanca Portillo, por Como en las mejores familias, fue la mejor actriz de reparto, y el mejor actor de reparto, Agustín González, por El alcalde de Zalamea.

La mejor intérprete femenina de danza fue Cristina Hoyos, por Yerma. Y el premio al intérprete masculino de danza se lo llevó Rafael Amargo por El amor brujo. Francisco Nieva recogio emocionado el premio de Honor de la VII edición de los Max de manos de la ministra Carmen Calvo.