Ana Belén vuelve al cine con una comedia de amor en la madurez

Hortensia se siente sola. Tiene un trabajo aburrido, un marido que la abandonó por una mujer más joven y un dolor de cervicales horrible. Ana Belén se convierte en una mujer madura un tanto neurótica en Cosas que hacen que la vida valga la pena, una comedia romántica con nombre de manual de autoayuda que da una segunda oportunidad a la vida con dosis de ilusión. Su director, Manuel Gómez Pereira, la estrenó ayer en el Festival de Málaga.

Jorge, un tipo corriente, optimista y en paro, está convencido de que le va a cambiar la vida. Ve señales por todos los rincones. Indicios que le conducen a Hortensia, una oficinista del Inem que acaba de salir de una depresión. Eduard Fernández y Ana Belén protagonizan Cosas que hacen que la vida valga la pena, la última película de Manuel Gómez Pereira, un director aficionado a los títulos largos como Todos los hombres sois iguales o El amor perjudica seriamente la salud. "Se trata de una comedia minimalista, de gente anónima y sencilla", explica el director, que también reconoce en ella un punto de amargura.

Hortensia, que no quiere tener ninguna relación sentimental, empieza a escuchar a América (Rosario Pardo), su mejor amiga, que le aconseja desprenderse de los prejuicios y las pastillas antidepresivas, y arriesgarse con Jorge. "Los dos son un poco neuróticos, se agarran a la estadística constantemente porque no tienen otra cosa", contó Ana Belén. La actriz, que representa en teatro en Madrid Diatriba de amor contra un hombre sentado, de Gabriel García Márquez, se escapó al festival en su día libre para promocionar la cinta. A la cita también acudió la cantante Pasión Vega, que interpreta el tema principal de la banda sonora. "La música tiene una función muy importante", subrayó el director, que incluye canciones de Serrat, Sabina y María Jiménez. "Uno de los momentos más graciosos del rodaje fue cuando Eduard [Fernández] tenía que cantar delante de Ana", contó Gómez Pereira, "le daba mucha vergüenza". La actriz principal alabó el trabajo de su compañero y resumió el espíritu de la película en una frase: "La vida no es siempre lo que uno espera, pero merece la pena vivirla".

Conversaciones con mamá, el segundo estreno del día, también abordó la forma de afrontar los problemas a partir de los 40. Su director, el argentino Santiago Carlos Oves, habló de una comedia que gira en torno a las charlas de una madre de 82 años, interpretada por la uruguaya China Zorrilla, y un hijo de 50, al que da vida Eduardo Blanco, que acude a visitarla con más frecuencia de la acostumbrada porque necesita vender el apartamento donde vive y no sabe cómo decírselo. "Mi personaje es producto de la crisis de los noventa", contó el actor argentino, conocido por su participación en El hijo de la novia, de Juan José Campanella. Lejos de sorprender a su madre, descubre que también tiene novedades. Se ha echado un novio más joven que se autodefine como un anarcojubilado.

A fuerza de charlas y grandes dosis de humor, madre e hijo restablecen un vínculo perdido. Tienen como trasfondo la crisis argentina. "Cuando me pongo frente al ordenador, no me puedo alejar del entorno", dijo el director.