Unos jóvenes denuncian que fueron agredidos por dos policías de Villaviciosa
El edil de Seguridad considera que los agentes actuaron correctamente
Los casos de supuestos malos tratos por parte de la Policía Local de Villaviciosa de Odón (39 agentes) se acumulan en el historial reciente de este cuerpo. Cuatro jóvenes han denunciado a dos agentes a los que acusan de haberles agredido y gaseado con un pulverizador de defensa personal. Además, los dos policías les retiraron las bebidas alcohólicas que estaban consumiendo sin darles ninguna explicación. El edil de Seguridad de Villaviciosa, Juan Pedro Izquierdo, del PP, mantiene que la actuación de sus agentes fue "ejemplar" y que sólo se limitaron a repeler a unos jóvenes que les increparon.
Los hechos sucedieron a la una de la madrugada del sábado 17 de mayo, según el relato de los afectados. Un centenar de jóvenes se encontraba en el llamado parque de los patos, junto al Castillo de Villaviciosa, consumiendo bebidas alcohólicas. De repente, llegó un Renault Megane de la Policía Local, del que se bajaron dos agentes.
"Sin informar a nadie, metieron las botellas que había en el coche. Entonces les preguntamos educadamente si era legal lo que estaban haciendo. Pero ninguno de los dos se paró a razonar", señala Pablo Duque, un estudiante de Sociología de 20 años. Entonces, los agentes se pusieron "chulitos" y tiraron las cervezas y el vino por el suelo. "Me dijeron si la bebida era mía y, viendo su actitud, dije que sí, pese a que había llegado en ese momento al parque. Entonces me denunciaron por consumo de alcohol en la vía pública", añade Pablo.
Los policías se montaron, según los afectados, en el coche policial. Uno de los jóvenes les increpó: "Hijos de puta". A pesar de que había arrancado, se bajaron. El chaval, Marcos Rodríguez, se dio cuenta de lo que había hecho. Levantó las manos en señal de inocente. "Uno de los policías, de unos 40 años, me hizo una llave de yudo que volé y me estrellé contra el suelo. El golpe fue tremendo. No me podía ni mover", explica el herido. El otro agente sacó una porra extensible para frenar a los amigos.
Esposado
Tras esposarlo, le metieron en el coche y lo trasladaron a la sede de la Policía, donde acudieron el resto de amigos. Otros dos policías que estaban vigilando el local echaron a todos los amigos de esta zona. Al ver que no se marchaban, salió el que detuvo a Marcos y, según la versión de los jóvenes, sacó un pulverizador de defensa y roció a los presentes. Dos chicas tuvieron que ser atendidas en el centro de salud de la localidad de irritación en los ojos y dificultades para respirar.
Mientras, unos cinco agentes leyeron los derechos a Marcos. Éste pidió que le viera un médico. "Me montaron de nuevo en el coche patrulla. En lugar de llevarme al centro de salud, se metieron en una bocacalle, cercana a una calle céntrica, y comenzaron a montar durante más de una hora una versión entre los dos. Pensaban que no les oía, pero me enteré de todo lo que iban diciendo. Uno de ellos, el más joven, le agarró del cuello al otro para que pareciera que yo le había agredido. Llegó a decir que le daba miedo pegar a un compañero", señala el joven. "No paraban de decirme que me iban a matar cuando fueran de paisano", añade.
Después fue trasladado a la Fundación Hospital Alcorcón, donde un médico le apreció un fuerte golpe en el tobillo izquierdo. También sufre alguna herida en la espalda y en los muslos. Los policías le llevaron al cuartel de la Guardia Civil de Villaviciosa.
Denuncia a los padres
Los padres de Marcos también han sido denunciados por dos policías locales, que les acusan de insultarles y amenazarles en el centro de salud de la localidad, cuando intentaron ver a su hijo. Antes habían estado en la sede de la policía, donde les engañaron sobre el sitio exacto en el que estaba Marcos. Supuestamente, el padre empezó a decir a dos agentes que vigilaban el centro de salud que no sabían con quién estaban hablando, que eran unos maltratadores y que aquella actuación les iba a costar el uniforme. El denunciado, al igual que los testigos que le acompañaban (entre ellos su esposa), niegan estas acusaciones y afirman que todo se trata de un montaje para eludir responsabilidades.
El concejal de Seguridad de Villaviciosa, Juan Pedro Izquierdo, que trabaja a las órdenes de la alcaldesa de Villaviciosa de Odón, Nieves García Nieto, mantiene por su parte que los agentes acudieron al parque ante las llamadas de los vecinos que se quejaban de ruidos. Comenzaron a incautarse de las bebidas y la mayoría de los jóvenes se marchó sin causar problemas. "Todo iba bien hasta que uno de ellos le insulta. Entonces le detienen porque los policías temen que les agredan. Uno de los policías tiene una agresión en el cuello y otro en el dorso de una mano", explica el edil del PP.
Según Izquierdo, los agentes oyeron a los chavales cómo decían que irían a la sede de la policía para decir que les han pegado y lograr así que les echaran del cuerpo. "Ante el temor de que las cosas fuera a más, lanzaron un poco de gas para disolverlos. Hay testigos de Protección Civil, que fueron avisados para que vieran lo que ocurría", añade.
El edil defiende la actuación de sus policías: "Creo que es una actuación más de la policía que tiene que trabajar así ante unos jóvenes que les increpan. No son cosas que nos gusten pero cuenta con todo nuestro apoyo para desarrollar su trabajo".
Cuatro casos desde 2001
La Policía Local de Villaviciosa acumula desde 2001 cuatro denuncias por malos tratos.
- 9 de febrero de 2001. Pedro García-Muñoz, de 18 años, denuncia que ha recibido una fuerte paliza por parte de tres policías locales. El joven había aparcado en un vado, cuyo dueño avisó a la policía. El agredido se negó a retirar el vehículo. En ese momento, los policías la emprendieron a golpes con él.
- 12 de enero de 2003. Un menor, A. M. C., de 17 años, es confundido con un joven que inició una pelea dentro de un bar y es detenido por dos policías locales en medio de golpes y patadas. También le enca-ñonaron con una pistola. El dueño del bar reconoció que el joven era inocente.
- 24 de diciembre de 2003. Dos agentes locales son retirados del servicio, después de que sacaran a dos vecinos de 24 años violentamente de su coche. Después les arrojaron contra el capó. Cuando uno de ellos les pidió el número de placa a uno de los agentes, éste le propinó un puñetazo en el ojo.
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