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Columna
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Diferentes

No se considera un héroe. Si algo llama la atención es su insistencia en que no ha tenido más facilidades que el resto ni un trato especial. Pablo Cusí, el joven de 21 años con una grave enfermedad degenerativa que el viernes recibió un premio extraordinario de licenciatura en la Facultad de Economía de Valencia, -donde ha cursado con brillantez la carrera de Dirección y Administración de Empresas, pese a que apenas puede mover la cabeza y el dedo índice de la mano derecha-, muestra una determinación completa a la hora de reclamarse igual que todos y de explicar que no ha estudiado para demostrar nada sino precisamente porque quiere trabajar como cualquiera. Consciente de las dificultades, sin hacer exhibición de su coraje, Pablo Cusí es un ejemplo extremo, apabullante, de la concepción moderna de las discapacidad. Superados los tiempos de la vergüenza y hasta del oprobio, la idea tradicional de la asistencia y el apoyo terapéutico para recuperar habilidades funcionales que proliferó en los años sesenta y setenta dejó paso en el cambio de siglo a una visión de la discapacidad que pone el énfasis en la integración, la igualdad de derechos y la eliminación de obstáculos. Dicho técnicamente, el paradigna de la rehabilitación se concilia progresivamente con el de la autonomía personal. Autodeterminación individual, derecho a la diferencia, accesibilidad, igualdad de oportunidades y calidad de vida son los términos que sustentan esa revolución. El apoyo de la Universitat de València a través de la asesoría del discapacitado para asegurarle a Pablo Cusí el transporte y la colaboración de la educadora María José Carrión al convertirse en "sus manos" cuando iba a clase son el tipo de cosas que una sociedad orgullosa de su diversidad ha de hacer para que los casos singulares, que los medios de comunicación sacan a la luz de vez en cuando, confirmen el camino de la normalidad. Es legendario el ejemplo de Franklin Delano Roosvelt, cuyas piernas atrofiadas por la parálisis infantil no le impidieron presidir cuatro veces los Estados Unidos e impulsar el new deal. Por eso, tras el conmovedor valor de este estudiante valenciano hay que admirar las conquistas de quienes, con él, luchan para neutralizar incluso el eufemismo que los etiqueta como gente especial con capacidades diferentes.

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