Las coloradas siguen siendo las preferidas
Las rosas rojas fueron las más vendidas, pero también podían encontrarse variedades en azul y bicolores
Los floricultores catalanes han trabajado intensamente y contrarreloj en los últimos días para tener a punto las rosas que ayer se vendieron en toda Cataluña durante la fiesta de Sant Jordi. No ha sido una tarea fácil, porque la caprichosa climatología de las últimas semanas obligó a retrasar la producción de rosas, algo inferior a la del pasado año.
Las bajas temperaturas de finales de invierno junto con las pocas horas de sol que han brillado en este inicio de la primavera obligaron a los floricultores del Maresme -la comarca que centraliza la producción catalana de rosas- a esperar hasta el último minuto para recogerlas. Esta circunstancia ha provocado una caída de la producción de casi la mitad, un fenómeno que se produjo también, aunque en menor medida, el año pasado. Sin embargo, la subida de los termómetros en los días previos a Sant Jordi permitió llegar al 60% de rosas autóctonas. Este año el porcentaje ha sido levemente inferior.
Como contrapartida, el retraso en la colecta de la rosa tuvo un efecto favorable en la calidad de las flores, mucho más frescas.
De acuerdo con las previsiones del Mercat de la Flor de Vilassar de Mar, de los cerca de seis millones de rosas que estaba previsto vender ayer sólo el 50% era de procedencia catalana. El resto procedía de diferentes puntos de la zona de Levante y de Canarias, y también de Francia, Holanda, Ecuador, Colombia, Kenia y Zimbabue. Muchas de estas rosas, que llegan a Cataluña por vía aérea, ya vienen con el plástico y la senyera correspondientes, listas para ser comercializadas.
Una de las notas más destacadas de la diada fue el amplio surtido de colores de las rosas en oferta. Las había incluso bicolores, azules y de tonos anaranjados. Pero las rojas siguieron acaparando el grueso de las ventas. Hasta el 80% de las expendidas fueron, en efecto, de ese color.
Existen hasta 20 variedades distintas de rosas rojas, pero las que gozan de mayor popularidad son la Lovely Red, la Gran Gala y la Dallas, variedades que se cultivan en el Maresme y que se distiguen por la longitud del tallo, la mayor cantidad de pétalos y los distintos matices del color.
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