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El 11-M y las elecciones

PREGUNTA. ¿Cuál es su valoración personal de los últimos acontecimientos -11-M y elecciones del 14 de marzo- ocurridos en España?

RESPUESTA. Si su pregunta pretende sugerir que los atentados del 11 de marzo influyeron decisivamente en el resultado de las elecciones del 14 de marzo, mi respuesta es que al contrario de lo que la derecha política y la derecha mediática vienen afirmando no creo que tal influencia haya existido. Parece que se quiere olvidar la larga historia de "desastres" del Gobierno del PP, desde que José María Aznar puso los pies encima de la mesa del señor Bush hasta la ciega ocultación de datos informativos sobre el atentado, pasando por el Prestige, por la guerra de Irak y por el engaño sistemático, hasta el día de hoy que, contra la evidencia de los hechos, jura y perjura sobre la existencia de armas de destrucción masiva. El PP no quiere reconocer que la mayoría de la población estaba harta de verlo en el poder. Y parece que no le salen bien las cuentas cuando ven que han sido los nuevos electores, es decir, los jóvenes, los que dieron la victoria al partido socialista.

P. En Ensayo sobre la lucidez queda cuestionado el sistema de gobierno de los países occidentales y por tanto la democracia misma. Los últimos acontecimientos, ¿refuerzan su reflexión?

R. Sólo indirectamente. Los defectos del sistema democrático, su incapacidad para ir más allá de una ceremonia más o menos ritualista, esa democracia que se reduce a lo formal y es incapaz de ganar una sustancialidad visible... Todo esto son males de raíz, por tanto poco tienen que ver con los acontecimientos de referencia, estos u otros. El Ensayo sobre la lucidez es una reflexión sobre la democracia, y lo he escrito para que lo fuese, lo es de manera radical, esto es, intenta ir a la raíz de las cosas. La democracia no se puede limitar a la simple sustitución de un gobierno por otro. Tenemos una democracia formal, necesitamos una democracia sustancial.

P. El 14 de marzo hubo una participación del 80% y una alta concurrencia de los jóvenes. ¿No cree que ese porcentaje refuerza la democracia?

R. Obviamente, los altos porcentajes de participación son sinónimo de la vitalidad cívica de la población consultada. Y si, como en este caso, esas cifras se incrementan por la participación de los jóvenes, mejor todavía. Pero no nos engañemos, si a una participación alta como la de esta ocasión no le sucede una profundización auténtica de la vida democrática, entonces las cosas habrán variado un poco de color pero no de densidad. Cuando los jóvenes gritaron a Zapatero: "No nos falles", sabían lo que decían. Espero que Zapatero también lo sepa. No sólo para hoy y mañana, sino para siempre.

P. Frente al terrorismo, ¿cuál sería su recomendación? ¿Cómo combatirlo? ¿Cómo pueden reconvertirse las relaciones con los países árabes en conflicto?

R. En primer lugar, es muy importante no confundir árabe con terrorista. En segundo lugar, hay que intentar una política de aproximación que se caracterice por la lealtad de las intenciones y de los procedimientos. En tercer lugar, no olvidar que Occidente tiene en su pasado crímenes semejantes a aquéllos de los que hoy es víctima. En cuarto lugar, hay que tener siempre presentes las palabras de Ricoeur: "El otro es como yo y tiene el derecho de decir yo". Y en quinto y último lugar, tal vez haya una solución al problema, pero ésa no la conozco...

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