Respuesta débil
La bolsa estadounidense reaccionó con firmeza tras la caída del pasado miércoles, sorprendiendo con ello a los inversores europeos que habían dejado pasar la mayor parte de la sesión sin definir actuaciones concretas.
Para los analistas españoles, la sorpresa estuvo en la incapacidad de este mercado para sumarse a la corriente dominante en los últimos minutos de la jornada pues, mientras que el Ibex 35 terminaba con una subida del 0,14%, París subió el 1,13%, Francfort el 0,82% y Londres el 0,70%.
En las cinco últimas sesiones este distanciamiento del mercado español se ha agudizado, hasta el punto de que el Ibex 35 cede el 0,20% en una semana, mientras que París gana el 1,69% y Francfort el 1,36%. Incluso la Bolsa de Nueva York, muy afectada por las últimas declaraciones de Alan Greenspan, conseguía un avance del 0,44% en cinco días, con datos de media sesión de ayer.
Los habituales del mercado no encontraban una explicación convincente al diferente comportamiento del mercado español en los últimos días, salvo el hecho de que los avances acumulados en el año -el Ibex 35 sube todavía el 7,19%, frente al 6.40% de París y el 2.37% de Francfort- frenan nuevas subidas en algunas cotizaciones españolas.
La contratación en el Mercado Continuo superó en casi 900 millones de euros la de la jornada anterior, hasta alcanzar los 3.404,16 millones, pero con una importante aportación de las operaciones institucionales, que sumaron casi 1.400 millones de euros.
La reacción de la Bolsa de Nueva York se produjo a pesar de que el índice de precios industriales de marzo, con un incremento del 0,5%, confirma la parte del discurso de Alan Greenspan en la que aludía a la inflación como una posible causa de ajuste de la política monetaria.
La débil respuesta de la Bolsa española dejó un día más al Ibex 35 por debajo del nivel de los 8.300 puntos que, si bien no supone un soporte muy importante, confirma la absoluta ausencia de alicientes para los inversores a corto y medio plazo, en contra de la tendencia que parece imponerse en el resto de las plazas europeas.
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