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Tribuna:AUTOMOVILISMO | Gran Premio de San Marino de fórmula 1
Tribuna
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Esto no es un circo romano

Hace muchos años que se está hablando de reducir la velocidad de los coches de fórmula 1. Cuando Senna falleció en 1994, comenzó ya a tratarse de la posibilidad de bajar los cubicajes del motor hasta 2,5 litros. Entonces los motores eran de 3,5 litros y no se permitió que superaran los tres. Sin embargo, la potencia que desarrollaban aquellos bólidos estaba entre 650 y 700 caballos. Ahora se han alcanzado ya los 900.

El problema es que la evolución de los coches y de los neumáticos ha sido mucho más rápida que la de los circuitos, con lo que se ha ido perdiendo seguridad. La Federación Internacional (FIA) tiene que velar para que esto no se convierta en un circo romano, en el que los pilotos se dejen la piel. Nadie quiere estar asociado a un espectáculo en el que tu guerrero puede perder la vida. Hay que reducir la velocidad sobre todo en el paso de curva, porque es allí donde se producen los accidentes.

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Y hay soluciones para lograrlo. Una podría ser obligar a las marcas a separar un poco más el coche del suelo, dando más grosor a la plancha que llevan debajo del chasis y reduciendo el efecto extractor de aire. Si el coche se eleva un poco, esta parte sufre y se pierde carga aerodinámica, suben los pesos y el centro de gravedad: el coche es más lento. Otra posibilidad, tal vez la más económica, sería cambiar los frenos de carbono actuales y buscar un material único para todos o incluso regresar a los frenos de disco -como en la F-Car-, que son más baratos, alargan el frenado y ofrecen más posibilidades de adelantamientos. Una tercera opción sería poner otra ranura a los neumáticos y reducir así su adherencia, pero eso supone una gran inversión en investigación.

Sin embargo, los constructores deben ir pensando en desarrollar un motor de 2,5 litros y ocho cilindros (V8), aunque esta posibilidad es muy cara y no podría aplicarse al menos hasta 2006. La FIA se mantiene firme en esta decisión. Y si no hay acuerdo con los constructores, tiene fuerza para implantar su criterio.

Joan Villadelprat fue director de las escuderías Benetton y Prost y jefe de mecánicos de Ferrari

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