Agradecimiento a las familias acogedoras
El derecho a la supervivencia, el derecho al desarrollo pleno, el derecho a la protección contra el maltrato y la explotación, el derecho a la plena participación en la vida familiar, cultural y social.
Las asociaciones que trabajan en el ámbito de la infancia no cesan de recordarnos estos y otros principios que se recogen en la Convención de los Derechos del Niño, un tratado internacional que fue aprobado el 20 de noviembre de 1989.
Los medios de comunicación nos golpean la conciencia a los ciudadanos acomodados con datos e imágenes de niños que, seguramente, viven en países en vías de desarrollo y sufren situaciones extremas de pobreza, hambre y explotación. Siendo ésta, obviamente, una triste realidad ante la cual no debemos cerrar los ojos, tampoco nos debe hacer ignorar otra realidad mucho más cercana pero, paradójicamente, más desconocida.
En Andalucía, muchísimos niños padecen al año alguna de las cinco categorías clásicas de maltrato: abandono físico, emocional, maltrato físico, maltrato emocional o abuso sexual. Nuestra sociedad disfruta y presume de unos niveles de bienestar y calidad de vida elevados. Sin embargo, son muchos los menores que carecen de un entorno familiar seguro en el que puedan desarrollarse de forma íntegra y saludable.
En un pasado bastante cercano, los mecanismos para la protección de la infancia eran básicamente dos: el internado y la adopción. Actualmente, los marcos legales permiten una nueva visión de la protección a la infancia, como es el acogimiento familiar de estos menores.
La inversión en la infancia es un compromiso con el respeto a los derechos fundamentales que toda persona tiene desde el momento que nace y es una apuesta de futuro, porque las experiencias en la familia de origen de cada persona sirven de modelo para construir su propia familia, asegurando a los hijos los cuidados que necesitan para crecer y desarrollarse como personas sanas. Cuando esta cadena se rompe, los menores afectados tienen derecho a ser protegidos por otros miembros de la comunidad. El bienestar infantil debe ser asumido como una tarea colectiva, toda la sociedad tiene una obligación compartida para con todos los niños y niñas, dado que invertir en su bienestar es invertir en el futuro de esa sociedad.
La sociedad sevillana ha respondido de forma solidaria a este desafío, por tanto, desde el programa de Acogimiento Familiar de la Fundación Márgenes y Vínculos queremos reconocer públicamente la labor que las familias acogedoras de nuestra provincia están realizando para mejorar la vida de los menores. Y, al mismo tiempo, hacer un llamamiento a los lectores para que se unan a estas familias solidarias y, de esta manera, construir entre todos una sociedad más justa.
Si estáis interesados, estamos a su disposición para informaros en: Fundación Márgenes y Vínculos. C/Demetrio de los Ríos, 7. 41003 Sevilla. Teléfono 900 354 428.
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