El Banco de España exige aplicar la nueva contabilidad internacional en su versión más dura
La banca amortizará el fondo de comercio según su valor de mercado, igual que en EE UU
El Banco de España envió ayer una carta a las 350 entidades financieras que supervisa, en la que establece los criterios para adaptar las Normas Internacionales de Contabilidad (IAS, en sus siglas en inglés). Ante la amplitud de criterio de estas normas, el Banco de España ha elegido la versión "más prudente", es decir, más severa. En contra de lo esperado por parte del sector, la banca española deberá mantener provisiones por 6.300 millones de euros, que no han efectuado el resto de entidades europeas. El fondo de comercio no habrá que amortizarlo, como hasta ahora, salvo que se deprecie.
En el preámbulo de la carta enviada por Gonzalo Gil, subgobernador del Banco de España, comenta que el objetivo de esta unificación contable, que entrará en vigor en enero de 2005, es "la convergencia a medio plazo entre las IAS y los estándares contables angloamericanos" que "ofrece además la posibilidad de un reforzamiento de los lazos y la integración del sistema financiero internacional".
Es decir, para que exista la posibilidad de fusiones transfronterizas es necesario que el sector cuente con una contabilidad homologable, como ahora se pretende. Eso sí, el organismo dirigido por Jaime Caruana advierte de que la aplicación de las IAS debe "promover la fortaleza del sistema financiero y la estabilidad financiera" por lo que "la nueva circular contable escogerá, cuando existan opciones, aquellas que sean más prudentes".
El Banco de España reconoce que la IAS son "normas con amplios márgenes de maniobra" por lo que es necesario "evitar la coexistencia de criterios contables distintos" entre unas entidades y otras. En principio, las nuevas normas podían afectar sólo a los bancos o cajas que emitieran acciones o renta fija, pero el organismo supervisor ha decidido que se aplicarán para "todas las entidades de crédito" en una nueva circular de obligado cumplimiento para garantizar la compentencia interna en condiciones homogéneas.
De esta manera, se han incluido en las IAS a algunas pequeñas entidades que, por no estar cotizadas o no contar con renta fija, podrían tener ventajas sobre las más grandes.
Como muestra de ese criterio de máxima prudencia, el organismo supervisor ha decidido mantener las provisiones anticíclicas que estableció en 2000 y que sólo se aplican en España. Ayer, todos los consejeros delegados recibieron la carta oficial donde dice que "el Banco de España cree adecuado el nivel actual de provisiones, tanto en su dotación periódica como en sus niveles acumulados" porque "son compatibles con las IAS".
Es decir, los 6.300 millones dotados entre bancos y cajas no aflorarán como recursos propios, como algunos confiaban. Incluso deberán seguir dotándo porque sólo han cubierto el 70% del montante final. Esta circunstacia podría perjudicar a la banca española frente a sus competidores europeos, pero el supervisor cree que los demás países establecerán normas similares a la española en el futuro.
En donde el Banco de España no ha podido atemperar la norma para hacerla más estable ha sido en fondo de comercio. Este término define la diferencia entre lo que se paga por una entidad y su valor contable o de mercado. En casi todos los casos, los compradores pagan varias veces el valor contable porque entienden que pueden rentabilizar esta adquisición. Hasta ahora, esa diferencia se debía cargar contra resultados en diez o veinte años.
Desde enero se seguirá el criterio aplicado en EE UU, que abarata las adquisiciones, aunque a cambio de más inestabilidad contable. Es decir, ya no se amortizará la diferencia entre lo pagado y el valor de mercado, cifra que, en ocasiones, ha llegado a ser de miles de millones de euros, como en la compra de Banespa por parte del Santander.
Ésa es la parte positiva, pero tiene su lado negativo. Las entidades deberán calcular cada año la valoración de la sociedad adquirida y si ésta ha caído sobre el precio de compra, "se deberá cargar en la cuenta de resultados de un año todo el fondo de comercio (si la comprobación anual da como resultado que su valor es nulo)". El carta del Banco de España se advierte que "no hay que menospreciar la pérdida por deterioro" porque "puede complicar sobremanera la gestión". También recuerda que se pueden dar situaciones -como el último crash bursátil de 2000- en las que "se produzca un deterioro simultáneo de varios fondos de comercio, lo que obligaría a sanearlos en la cuenta de un mismo año". Esto sucedió con Teléfonica en 2001, cuando ofreció cuantiosas pérdidas en Estados Unidos y beneficios en España. El establecimiento de esta normativa forzará al ICAC a generalizarla al resto de las empresas.
Otra de las medidas importantes afectará a los grupos industriales. Las IAS decían que sólo si se tiene el 20% de una empresa se pueden incluir sus beneficios en la cuenta de resultados por "puesta en equivalencia". El supervisor está dispusto a rebajar esta cifra hasta cerca del 3%, pero a cambio la caja o banco deberá "evidenciar la existencia de una influencia notable mediante presencia en los consejos (antigüedad en los mismos, etc.)", o participación en la gestión.
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