"Florentino ha sido muy coherente"
20 de abril del 2003. Sólo hace un año pero al buscar en la memoria, Fernando Hierro, (Vélez-Málaga, 1968) se sorprende al recuperar el recuerdo de su último clásico en el Bernabéu. Seis meses escasos viviendo en Doha, en una casa tan grande que al llegar con su familia decidió ocupar sólo la mitad del espacio, generan una perspectiva tan diferente que ahora, hablar de su Real Madrid, de su traumático portazo a 14 años de madridismo y de la realidad actual del club blanco cobran nueva dimensión. Jugador ahora del Al Rayyan de Qatar, mucho más delgado, con evidente muestra física de haber dejado atrás la presión que implicaba ser el capitán del Real Madrid, Hierro verá el clásico a través de la cadena de televisión Al Jazira.
"El planteamiento de la noche que ganamos la Liga fue equivocado por ambas partes"
"Yo no he sido un mito del Madrid, pero Del Bosque sí; no debieron despedirle de ese modo"
Pregunta. ¿Siente nostalgia, añora esas noches de clásico?
Respuesta. Es una sensación rara, pero no lo añoro. Por algo decidí que era momento de dejar el Madrid.
P. ¿Se fue o le echaron de mala manera?
R. El Madrid me ofreció seguir un año más, fui yo el que tomó la decisión de que era momento de terminar en el Real Madrid. Contra el Athletic, la noche que ganamos la Liga pasada, era consciente de que era mi último partido en el Madrid. Luego, aquella noche, pasaron muchas cosas, pero la sensación de que lo mejor era irme la tuve mucho antes.
P. ¿Por algo en concreto, que le llevó a esa decisión?
R. El desgaste, el sentirme saturado porque 14 años en el Madrid son muchos años. Llegó un momento en el que me sentí harto de ser señalado siempre como culpable de todo lo malo. Y decidí que lo mejor era irme.
P. ¿Por la puerta de atrás y quemado?
R. En absoluto. La ovación del Bernabéu cuando Del Bosque me sustituyó ante el Athletic la llevaré siempre conmigo, como la satisfacción por conseguir todo lo que gané en el Madrid. La exigencia del Bernabéu no fue nunca un problema, al contrario. Me pitaba si estaba mal y me aplaudía cuando me lo merecía. El desgaste lo genera el entorno y yo me cansé de aguantar muchas cosas.
P. Guardiola dijo que dejaba el Barça por higiene mental.
R. Lo entiendo. La presión que genera jugar en el Madrid es, de por sí, impresionante y los medios de comunicación la multiplican. Yo decidí marcar mi camino al margen de esas presiones, preferí ser libre a seguir el juego de poderes mediáticos que no me interesaban y eso pasa factura.
P. Desde la perspectiva que da la distancia al hacer balance, ¿reconoce culpas?
R. Si, por supuesto. Seguramente todo hubiera sido distinto de haber sido más egoísta, de haber pensado más en mí, de haber cedido en momentos puntuales a ciertas presiones. Pero no me salía. Desde la conciencia ejercí como capitán del Madrid como considero que debía hacerlo.
P. ¿Incluso en contra de sus principios?
R. No es tan fácil atender a las necesidades que impone el club y a las que te exigen los compañeros. Estás entre dos mundos que a menudo piensan diferente. Y cada vez más, porque el fútbol ha cambiado mucho en su orden de valores. En el Valladolid, la pretemporada la hacíamos en Suances , corriendo por la playa entre veraneantes. Ahora, el jugador del Madrid se entrena ante 40.000 espectadores en China porque imperan otras exigencias. El concepto ha cambiado, la pelota ya no importa. Puede que el jugador esté obligado a cambiar de chip, pero habría que plantearse si es capaz de soportar tanta carga.
P. ¿En lo físico o en lo mental?
R. Básicamente, en lo psicológico. Acepto que no es tiempo para romanticismos, que el fútbol ha cambiado y que el negocio manda. Pero hasta cierto punto deben respetarse unos valores, el respeto no debe perderse nunca. Hay un límite en la exigencia y debería manejarse al tomar ciertas decisiones desde la perspectiva empresarial, que entiendo que se haya modernizado. Eso no lo discuto. Pero no se puede despedir a un hombre como Vicente Del Bosque como se hizo. Para el Real Madrid no es un empleado, es algo más, son 37 años de madridismo y eso exige, cuando menos, un respeto.
P. ¿Vale el ejemplo para sus 14 años de servicio?
R. No, no es comparable. Yo no he sido un mito del Real Madrid, su dimensión es muchísimo más grande.
P. ¿Se arrepiente de haberse enfrentado a Florentino Pérez con la vehemencia mostrada la noche de la celebración de la última Liga?
R. El planteamiento, seguramente, fue equivocado. Pero por ambas partes. El problema es que puedes hacer el 99% de las cosas bien, ser elogiado por el club por eso, pero te equivocas una vez, discrepas y la sensación de que vas en contra del interés del club lo borra todo. Puede que pasara eso.
P. ¿Le dejó tirado el grupo?
R. No, al contrario. Fui yo el que les dijo que pasaran página, que yo me iba y ellos se quedaban. Incluso los que dicen que no se llevaban bien conmigo me llamaron y se preocuparon por mí. El vestuario estaba más unido de lo que se dice.
R. El vestuario está marcado por la sospecha de falta de profesionalidad.
P. ¿Y por qué se habla de eso tras una derrota? Eso es lo injusto. Dos resultados bastan para darle la vuelta a la tortilla. Eso es ser ventajista. Es como poner en duda el proyecto porque se pierde la final de Copa o te elimina el Mónaco. No es justo y por eso me ha sorprendido la firmeza con la que ha actuado Florentino. Se equivocara o no, pero marcó un camino y no ha perdido la fe en su eslogan, no ha renunciado al proyecto por dos resultados. Tomó una decisión, apostó por una política y valoro mucho como la ha defendido. Ha sido coherente.
P. No cubrir su baja y renunciar a un medio centro no parece una política muy defendible.
R. Sería ventajista por mi parte salir ahora y decir: ¿Qué? ¿me echan de menos? Y muy injusto. Nadie me echaba de menos cuando el Madrid ganó en el Camp Nou, ¿verdad? No entro en ese juego.
P. Pero la realidad es que el Madrid no está cumpliendo las exigencias llegada la hora de la verdad.
R. El desgaste es psicológico. La presión acaba siendo insoportable.
P. ¿Y la plantilla corta?
R. El equipo, sin Makelele ha perdido equilibrio. Normal. Es uno de los tres mejores medios centro del mundo. Pero si el Madrid gana la Liga, ¿cree que habrá críticas? Ninguna. La situación que vive el Madrid la viví con la Quinta del Buitre, el año de la Copa de Europa ante el Juventus... Al final, si ganas, nadie ponde en duda la profesionalidad, el presidente lo hace todo bien...
P. ¿El Madrid es ahora más presidencialista que nunca?
R. No, el Madrid es grande por la camiseta, por el escudo y por los jugadores, principalmente. Otra cosa es que la gestión sea buena y se hable del presidente, de su proyecto y de su gestión.
P. Habrá tenido tiempo en su nueva y relajada vida para repasar sus vivencias. ¿Qué recuerdo le resulta más agradable de su paso por el Madrid?
R. Los 14 años, los títulos, los amigos. Pero hay algo especial: El paseo por el Amsterdam Arena, sin focos, horas después de ganar la Copa de Europa ante el Juventus.
P. ¿Verá el clásico del domingo en Chamartín?
R. Como madridista, aunque desde muy lejos, desde Doha.
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