La cultura de la prevención contra los accidentes entra en las aulas
Padres y profesores piden una normativa más dura que aumente la seguridad en los centros
Lo más peligroso es la calle. Y luego, la casa. En último lugar, la escuela. Este es el principal dato que se desprende de una encuesta realizada a 6.000 escolares andaluces que el pasado año participaron en la campaña Aprende a crecer con seguridad, puesta en marcha por técnicos de la Consejería de Empleo y Desarrollo Tecnológico en colaboración con la Consejería de Educación. Los colegios, con un porcentaje cercano al 20%, representan el lugar que registra menor accidentalidad infantil por detrás de la casa (35%) y la calle (45%). Sin embargo, a pesar de que los centros educativos figuran en el último lugar en siniestralidad, el curso 2003-04 echó a andar con la publicación de un informe del Defensor del Pueblo Andaluz que, en términos generales, valoraba como deficiente la situación de los centros docentes en materia de seguridad y protección frente a casos de emergencia.
Aunque el estudio, en el que participaron 300 colegios e institutos, reconoce que la evaluación de riesgos que soportan los centros es baja, también subraya que ésta se puede ver incrementada por la política de apertura de los centros docentes fuera de los horarios lectivos y su utilización por asociaciones de vecinos y otros colectivos.
Profesores, padres y técnicos en prevención coinciden con el estudio y hacen hincapié en el mal estado de conservación de muchos colegios, cuyos edificios superan los treinta años. "Calculamos que al menos un 50% de los colegios andaluces necesitan algún tipo de modificación para poder ponerse al día", subraya Manuel Calero, técnico del Centro de Seguridad e Higiene del Trabajo en Jaén, institución dependiente de la Consejería de Empleo y Desarrollo Tecnológico. Teniendo en cuenta la normativa vigente, los requisitos mínimos e imprescindibles que debe contemplar cada centro son un plan de autoprotección, la realización periódica de ejercicios de evacuación de emergencia, disponer de extintores en cada planta y contar con un sistema específico de aviso y alarma. Del estudio se desprende que sólo algo más del 30% de reúne las cuatro medidas y que el resto (70%) adolece de alguno de ellos.
La presidenta de la Confederación Andaluza de APAS por la Enseñanza Pública (CODAPA), Mercedes González, reconoce las numerosas denuncias de los padres, preocupados por el estado de los centros donde estudian sus hijos, que denuncian la pasividad de las Administraciones. "La ley obliga pero la realidad demuestra que existen bastantes dificultades para llevarla acabo. Hay que pedir una mayor implicación de los Ayuntamientos y la Junta para que colaboren entre sí y sean sus expertos los que supervisen y adecuen no sólo el centro en sí, sino también el entorno donde se ubican", indica González. "Muchos de los accidentes que sufren los niños se producen en las inmediaciones de los colegios, rodeados por obras, y muy peligrosas por el tráfico que aumenta en las horas punta", añade la representante de los padres.
Aunque por primera vez en este curso la Consejería de Educación ha enviado a cada centro un manual que sirve de guía para preparar el Plan de Autoprotección, y que debe ser conocido y puesto en práctica por todos los miembros de la comunidad escolar (alumnos, trabajadores y padres), los profesores piden que la normativa sea más precisa. "Somos los más interesados en detectar los puntos potenciales de riesgo y proteger a nuestros alumnos, pero nosotros no somos técnicos en prevención. Aunque obremos de buena fe, siempre puede haber algo que se nos escape", declara Juan de Dios Castro, director del colegio Cándido Nogales de Jaén.
Para cubrir este tipo de vacíos, la Consejería de Empleo en colaboración con Educación va a poner en marcha en Jaén una iniciativa pionera en Andalucía y que también se trasladará al resto de provincias. En los próximos días, técnicos del centro de Prevención de Jaén inaugurarán una serie de encuentros en la que participarán todos los equipos directivos de los centros escolares de la provincia. "El objetivo que se persigue es enseñar a los profesores qué estructura y contenido debe tener un plan de autoprotección. Cada centro tiene sus características y no hay un plan que sirva para dos centros", indica Manuel Calero. Además, cada uno de los equipos directivos de los centros jiennense estudiará un ejemplo práctico trabajando sobre la adecuación del plan de evacuación y emergencia de su propio centro. Manuel Calero destaca que apostar por la seguridad no es un gasto sino una inversión. "Los primeros años fueron más duros. Cuando empezamos nos costaba trabajo, incluso, llegar a los profesores y padres. Ahora son ellos los que demandan la actividad y los contenidos y materiales que elaboramos también van dirigidos a ellos", reconoce Calero.
Durante el mes de marzo Sevilla acogió unas jornadas relacionadas con la educación para la seguridad y salud laboral destinada a escolares. El objetivo que se perseguía era dar a conocer el programa de actividades que desarrolla la Junta para que también puedan llevar a cabo en los centros educativos de otras regiones.
Caídas y fatiga mental
Los alumnos de Primaria del colegio Cándido Nogales de Jaén han participado recientemente en la campaña de sensibilización Aprende a crecer con seguridad que persigue concienciar a los menores sobre las situaciones de riesgo que les rodean. La campaña la desarrolla en Jaén el Centro de Seguridad e Higiene del Trabajo desde 1994. En el año 2000, el resto de provincias se sumaron a una nueva iniciativa que apuesta por la cultura de la prevención enfocada a la educación para la seguridad y salud laboral. Según señalan los técnicos, de las encuestas realizadas a los niños se observa la similitud entre los accidentes infantiles y los laborales. "Las caídas, los cortes y las quemaduras son las causas de accidentalidad más elevada tanto en niños como en trabajadores", subraya Manuel Calero. "En la escuela, los riesgos más frecuentes son las caídas y pequeñas contusiones que, por otro lado, también forman parte de la edad y del juego", indica Ignacio Díaz, médico y uno de los encargados de la campaña. "Les enseñamos a saber caerse, a cómo deben coger el peso y, sobre todo, les explicamos que deben adoptar posturas correctas para evitar problemas de espalda. También los profesores juegan un papel importante a la hora de corregir y recordar todas estas pautas a lo largo del curso", añade Díaz. Los especialistas destacan otro riesgo, la fatiga mental. "Ahora los escolares pasan muchas horas frente al ordenador y la televisión y tienen que aprender a hacer buen uso de las nuevas tecnologías", subraya el médico, porque la fatiga mental comporta problemas como la irritabilidad, el insomnio, la agresividad o la tristeza, entre otros.
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