Mundo 'play off'
Los play off son otra historia y ahí radica el sentido de su existencia. Sólo su excepcionalidad justifica su importancia, pues convierte en secundario todo lo ocurrido hasta entonces. Después de muchos partidos todo queda en suspenso y comienza una cortísima historia que busca y encuentra al campeón y define el resto de las posiciones clasificatorias. Si lo miras bien, y de ahí la existencia de detractores, cuesta entender que cinco partidos (o siete) tengan mucha más importancia que 34 (82 en la NBA) por lo que para poder justificar y defender este sistema de competición, los play off deben convertirse en algo diferente a lo ya visto. Por emoción, intensidad, dramatismo o protagonismo de las estrellas, la competición debe dar un salto tangible y apreciable en su desarrollo que haga presente desde el primer día que nos encontramos en el momento cumbre de la temporada.
El sábado comenzaron los de la NBA, con la presencia de los Grizzlies de Gasol, premio a su extraordinaria temporada. Era su primera aparición entre los 16 elegidos y bastaron 48 minutos para recibir la primera lección por parte de los actuales campeones, los Spurs, liderados por esa maravilla de jugador que responde al nombre de Tim Duncan. Desde el minuto uno los Spurs sometieron a los de Memphis a una terapia play off consistente en una contundencia física sobresaliente, una intensidad defensiva asfixiante y una elevada temperatura ambiental que hizo añicos a los hasta ahora sorprendentes Grizzlies. Duncan, Ginobili, Horry y Parker consiguieron que los chicos de Hubbie Brown se pareciesen más a los de las 28 victorias del año pasado que a los que han alcanzado la impensable marca de 50 triunfos en esta temporada. Pobres porcentajes de tiro, innumerables errores de pase, rotaciones sin consecuencias, en definitiva, un comportamiento errático que hizo que en ningún momento el debate tuviese consistencia.
Si hubo alguien que sufrió sobremanera las formas que se estilan en el mundo play off fue Pau Gasol. Señalado por sus rivales como el enemigo a vigilar, Pau recibió un tratamiento especial desde el salto inicial. Nesterovic, un auténtico armario de tres cuerpos, el propio Duncan a veces y también el veterano Horry se aplicaron con extrema contundencia tanto física como técnica hasta sacarlo física y mentalmente del partido. Resultó evidente que a Gasol su reciente lesión le ha afectado en su ritmo de juego. A un jugador que encadenó 240 partidos seguidos hasta su lesión, quince días alejados del parqué le han quitado esa finura, esa punta de velocidad, ese estado en el que se encontraba y donde las cosas surgían de forma muy natural. Sin el mejor Gasol, la empresa de los Grizzlies pasa de improbable a prácticamente imposible. Estamos en el mundo play off, donde no se hacen prisioneros. Esta madrugada segundo acto. Que la lección recibida haya sido provechosa.
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