Los entresijos económicos del terrorismo internacional
Más allá del horror del 11-S, de la incredulidad y el sentimiento de inseguridad e incertidumbre permanente que los atentados causaron en las poblaciones de las democracias occidentales, existe un cómo. Cómo lograron los terroristas entrar en Estados Unidos, cómo aprendieron a pilotar un avión, cómo se hicieron con el control simultáneo de varios aparatos para estrellarlos sobre lugares que son una referencia no sólo para los estadounidenses sino para buena parte de los occidentales. Y, sobre todo, cómo lograron el dinero para mantenerse durante meses, puede que años, en la sombra y llevar a cabo esos macabros atentados, los que llegaron antes y los que vinieron después.
Ese último cómo es el que pretende explicar este libro de 462 páginas. Escrito por una antigua economista del Fondo Monetario Internacional (FMI) con experiencia como periodista, lo que se nota en el uso de anécdotas que dan agilidad a lo que es una investigación académica, intenta analizar el entrenamado financiero que se esconde tras estas acciones de terrorismo internacional. Sean de Al Qaeda o de cualquier otro grupo terrorista.
Yihad. Cómo se financia el terrorismo en la nueva economía
Loretta Napoleoni
Editorial Urano
ISBN 84-7953-554-7
La teoría de Napoleoni es que estos grupos han creado un sistema económico que lucha con el capitalismo occidental, si bien ambos están cada más entrelazados. Un entramado que denomina Nueva Economía del Terror, compuesto por negocios legales e ilegales, y que mueve hasta 1,5 billones de dólares, entre el 2% y el 5% del producto mundial bruto.
Este dato, quizá lo más curioso del libro, no es producto de la investigación sino el resultado de muchas lecturas y distintas estimaciones. Napoleoni asegura que de esa cantidad, entre 300.000 millones y 500.000 millones vienen del tráfico de drogas; entre 150.000 y 470.000 millones, del contrabando de armas y otras mercancías, el tráfico de personas y la falsificación y unos 100.000 millones de la delincuencia informatizada. Es decir, dinero que acaba en los países occidentales, sobre todo en EE UU, donde se blanquea.
Más inquietante aún resulta el hecho de que parte del dinero que paga las acciones terroristas sea completamente legal. Es lo que ocurrió en el 11-S. De empresas, donaciones de musulmanes de todo el mundo, y otras fuentes que la autora estima en algo menos de medio billón de dólares anuales.
Napoleoni, que en la actualidad es investigadora en la London School of Economics, centra las dos primeras partes de su libro en los orígenes de lo que hoy llamamos terrorismo internacional, hace 50 años con la Guerra Fría, y en su evolución durante los primeros años hasta lograr la independencia financiera. En paralelo el fenómeno se internacionaliza. El proceso sería el siguiente: surge un grupo armado, se hace fuerte hasta convertirse en un Estado dentro del Estado -como la OLP en los territorios ocupados- y empieza a relacionarse con otras organizaciones terroristas y delictivas.
El análisis económico corresponde a la tercera y última parte, que incluye una pequeña definición de 60 grupos terroristas -desde el palestino Abu Nidal hasta Yemaa Islamiya pasando por ETA o la Contra- y un glosario.Y concluye que la lucha contra el terrorismo islámico debe empezar por intentar romper sus flujos económicos, cosa que, según la autora, no preocupó a los Gobiernos occidentales hasta el día después del 11-S.
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