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Entrevista:KOFI ANNAN | SECRETARIO GENERAL DE NACIONES UNIDAS | ENTREVISTA

"Nuestra tarea en Irak es buscar un consenso, no un milagro"

La ONU ha aceptado a regañadientes el papel de mediador en Irak. Desde un principio Annan temió involucrarse en una situación tan explosiva, fruto de una guerra que él mismo calificó de "ilegítima". En el momento de la entrevista, el secretario general, siempre amable, siempre afable, está un poco más tenso que de costumbre.

Pregunta. Pese al deterioro de la situación en Irak, el presidente Bush ha vuelto a repetir que la coalición traspasará los poderes a un Gobierno provisional el 30 de junio. Usted mismo y su enviado especial en Bagdad, Lajdar Brahimi, han reconocido que esta fecha se ha convertido en un símbolo para los iraquíes. Esto les da un plazo de dos meses y medio para encontrar un acuerdo entre las partes. ¿Cree realmente que podrá hacer todo esto en tan poco tiempo?

"Nosotros estamos dispuestos a jugar nuestro papel, pero también he indicado que la seguridad es un tema crucial, debemos operar en un entorno seguro"
"Espero que la fuerza multinacional continúe después del 30 de junio, pero deberán hablar con los iraquíes y contar con la participación del Consejo de Seguridad"
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Respuesta. La fecha del 30 de junio ha sido aceptada por la coalición y los iraquíes para el traspaso de poder y el final de la ocupación. Creo que será muy difícil cambiar esta fecha. Lo importante es centrarse en el proceso político y tratar de encontrar un mecanismo para el Gobierno provisional que recibirá el poder. Ésta es la tarea de los iraquíes, la coalición y, por supuesto, del señor Brahimi, que ya ha hecho públicas algunas de las propuestas que se están barajando. El deterioro de las condiciones de seguridad ha complicado mucho la tarea. Espero que los esfuerzos para reducir la violencia tengan éxito.

P. ¿Y si la situación sigue tan mal como ahora?

R. Espero que no. Entonces tendremos que tomar decisiones. Pero trabajamos con la hipótesis de que la situación se calmará y de que se podrá constituir un nuevo Gobierno provisional iraquí. Espero que la fuerza multinacional continúe después del 30 de junio, pero deberán hablar con los iraquíes y contar con la participación del Consejo de Seguridad.

P. Hace un año, EE UU acusaba a la ONU de no haber encontrado las armas de destrucción masiva de Sadam y se lanzaba a la guerra sin la aprobación del Consejo de Seguridad. El pasado martes, el presidente Bush citó dos veces a Brahimi e incluso a la responsable de asuntos electorales de su organización, Carina Perelli, confiando en el éxito de su misión en Bagdad. ¿No piensa que Washington quiere hacerle compartir el peso de la ocupación en año electoral?

R. Siempre se ha dado por hecho que la ONU jugaría un papel. La preguntas son: ¿qué papel, en qué circunstancias y cómo podemos desempeñarlo? Obviamente, la seguridad es un factor crucial que no nos ha permitido regresar, pero hemos juzgado que la fase crítica de la transición era lo bastante importante como para mandar una misión, incluso en una situación de riesgo para ayudar a los iraquíes a asumir su destino político y económico. Entiendo lo que me dice sobre el hecho de que hace un año la ONU parecía estar fuera de juego, pero ahora estamos aquí.

P. ¿Ha recibido alguna garantía por parte de EE UU de que respetará y acatará las conclusiones a las que llegue Brahimi?

R. Nuestro papel en Irak no es llegar a una solución milagrosa, sino encontrar, con los iraquíes, el mejor mecanismo para crear un Gobierno provisional. Nuestra tarea es crear un consenso, no encontrar una fórmula.

P. Como usted sabe, el nuevo Gobierno español ha prometido retirar sus tropas estacionadas en Irak después del 30 de junio a menos que la ONU tome las riendas de la transición. Muchos otros países han pedido algo parecido. Usted, sin embargo, siempre ha sido mucho más cauto, y ya en febrero puso tres condiciones para el regreso de Naciones Unidas: un mandato claro del Consejo, condiciones básicas de seguridad y que los iraquíes lo pidan expresamente. ¿Debe la ONU jugar un papel central o, como dijo hace unos días el candidato demócrata John Kerry, convertirse en el primer interlocutor civil de los iraquíes?

R. Cuando hablamos de la ONU en este contexto, hablamos de la ONU en un sentido amplio, de un esfuerzo internacional para estabilizar Irak, un esfuerzo que reúna a un gran número de países. Nosotros estamos dispuestos a jugar nuestro papel, pero también he indicado que la seguridad es un tema crucial, debemos operar en un entorno seguro. También debemos contar con el apoyo de todos los Estados miembros para llevar a cabo nuestra misión.

P. ¿Pero su visión del papel de la ONU coincide con la de Washington?

R. El Consejo de Seguridad será quien nos otorgue un mandato. EE UU es un miembro del Consejo, y espero que estemos hablando de lo mismo y estemos caminando en la misma dirección.

P. Como demostró el atentado contra su cuartel general en Bagdad el pasado agosto, la ONU también tiene un problema de credibilidad en Irak. ¿Cómo espera trabajar con la coalición sin ser percibida como parte de la ocupación?

R. Nuestra propia identidad deberá quedar muy clara y ser respetada. Obviamente habrá gente en Irak que no hará distinciones. Pero iremos ahí como una agencia neutral para ayudar a los iraquíes e insistiremos en nuestra independencia y en nuestra neutralidad.

P. ¿No teme que la investigación sobre una presunta malversación de fondos en el programa Petróleo por Alimentos pueda minar su credibilidad en Irak?

R. Ya he elegido a los miembros de la comisión que se hará cargo de la investigación y espero anunciarlo pronto. Creo que es importante que lleguemos al fondo del asunto, que el panel tenga acceso a toda la información y que pueda trabajar de forma independiente para aclarar la situación.

P. Pasemos a otras regiones del mundo. Esta semana la agencia de desarrollo de la ONU (PNUD) presentará un informe sobre el estado de la democracia en Latinoamérica. Las conclusiones no son muy optimistas. Afirma que la democracia sigue siendo muy frágil en muchos países debido esencialmente a la pobreza en la que viven sus poblaciones. ¿Cree que existe un riesgo de que alguno de estos países esté tentado por régimenes autoritarios?

R. No creo que sea así. El informe analiza una región que hace 20 año eligió la democracia con mucho optimismo. Algunos países van bien, otros no tanto y otros están bajo presión. Quisimos averiguar lo que estaba pasando. Pero el informe no pretende condenar ni acusar a nadie, sino sacar lecciones que puedan usar otros países.

P. La cuestión del Sáhara Occidental parece más estancada que nunca. Marruecos ha rechazado el plan de su enviado especial, James Baker, que usted respaldó contundentemente. A finales de este mes tiene que presentar un nuevo informe sobre la zona, ¿va a presentar alguna nueva idea?

R. El señor Baker sigue en contacto con las partes, espero que en un futuro me dé una indicación de los progresos que se han hecho.

P. La reforma de la ONU parece una tarea imposible. El verano pasado usted nombró a un panel de expertos dirigido por el ex presidente de Brasil, Fernando Cardoso, que al final no podrá presentar su informe en septiembre como tenía previsto. El tema, que parecía tan urgente, parece haberse perdido de nuevo en la burocracia.

R. El panel me entregará sus conclusiones en diciembre y se someterá a los países miembros para ver cómo abordamos la reforma. El año que viene, la Asamblea General analizará, después de cinco años, si se han cumplido las metas de la declaración del milenio, lo que también coincidirá con el sexagésimo aniversario de Naciones Unidas y creo que será un momento adecuado para analizar cómo funciona la organización y ver qué cambios podemos introducir para adaptarla a los retos del siglo XXI.

Kofi Annan, en su despacho de Naciones Unidas.
Kofi Annan, en su despacho de Naciones Unidas.BERNARDO PÉREZ

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