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OCIO

Cientos de aficionados españoles construyen réplicas de cabinas de avión en sus casas

Varias empresas se dedican a la fabricación de componentes - La cabina completa vale más de 6.000 euros

Hacer despegar un Airbus 340 con un simulador de vuelo para PC utilizando un teclado y un ratón dista mucho de parecerse a la experiencia real que se percibe en el interior de la cabina de un avión de verdad. Sin embargo, lo que representa el videojuego en la pantalla del ordenador, es bastante verosímil. Así que para que la experiencia se parezca a la de un piloto de verdad lo que falta es la cabina en sí, los relojes, botones y pantallas que tantos pasajeros han visitado creyendo que la mitad de aparatos no sirven más que para impresionar y justificar el salario de un piloto.

Miles de aficionados a los simuladores de vuelo en todo el mundo, varios cientos en España, hace tiempo que intentan meter una cabina de avión en su casa. "Nosotros mismos nos consideramos unos locos, porque te tiene que gustar con locura la simulación para llegar a estos extremos", acepta Xavier Bofill, un catalán que lleva más de dos años tras este sueño. Con herramientas de bricolaje construyen réplicas de las cabinas de sus aviones preferidos -unos optan por los Boeing y otros por Airbus- con información obtenida en Internet, como la ofrecida gratuitamente por Jerome Meriweather.

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Una vez construido el panel deseado, por ejemplo el del piloto automático -hecho a base de madera, cartón, o plexiglass, sin olvidar las lucecitas de cada botón y las letras iluminadas que indican su función- queda la parte más complicada: conectar ese panel al simulador y conseguir que al pulsar cada interruptor el videojuego reaccione en consecuencia.

Son necesarios conocimientos avanzados de electrónica para convertir la señal de un conmutador para que sea interpretada por un programa ejecutándose en un ordenador. Y si son varias decenas de interruptores los que hay que conectar, la tarea es un gran reto.

Cabinas abiertas

En este punto es donde nace en 2001 el grupo español Construcción de Cabinas, accesible a través del servicio de Yahoo Groups. Su propósito es "aglutinar todos aquellos proyectos destinados a la construcción de cabinas para simuladores de vuelo y con la característica principal de utilizar licencias abiertas y gratuitas", según reza en su sitio web Opencockpits. Ya son más de 340 los miembros inscritos.

El trabajo en equipo con la filosofía del código abierto, que permite que cualquiera pueda mejorarlo, se ha mostrado muy productivo tanto a nivel de software como de hardware. Gracias a la entrega desinteresada del ingeniero Manuel Vélez están fabricando casi en serie, y a precio de coste, varios circuitos electrónicos, diseñados por él desde cero, que permiten conectar hasta 288 interruptores externos a un solo ordenador. De esta forma, se puede sustituir la pulsación de una letra en el teclado por la de un botón colocado en cualquier parte de una cabina casera. Si alguien no quiere comprar el circuito impreso puede descargar el fichero desde la web y fabricárselo a mano.

Otros miembros, como Carlos Torres, se han centrado en la configuración del software que gobierna todo el sistema hasta el punto de casi convertirlo en un juego de niños. Han creado circuitos para conectar pantallas de cristal líquido, cientos de leds, servomotores, pulsadores y todo lo necesario para producir una cabina completa. Este grupo nacido en la Red ya ha celebrado dos reuniones presenciales, en Madrid y en Barcelona. Todos sus miembros son hombres, de edades comprendidas entre los 25 y los 70 años, con afán de intercambiar sus experiencias acerca de sus cabinas.

Mucho dinero o mucha maña

La locura de estos aficionados ya ha sido captada por varias empresas en todo el mundo. Es cierto que los paneles se pueden fabricar a mano, pero conseguir una apariencia real sólo está al alcance de los muy mañosos. Lo mismo sucede con los botones. FlightDeck Solutions, gestionada por el canadiense Peter Cos, se ha especializado en la construcción en serie de las distintas partes que componen una cabina. Los precios no son baratos: la reproducción completa de una cabina de Airbus 320, con todos los interruptores, supera los 6.000 euros. Peter asegura que cobra lo justo para vivir de esto. El nivel de acabado es excepcional.

Otras empresas, como Project Magenta, se han especializado en reproducir las pantallas multifunción que cada vez se usan más en aviación para sustituir los antiguos relojes, barómetros y altímetros. Se intercomunican también con el simulador a través de red local y simulan el radar, el horizonte artificial y muchas otras opciones que el piloto puede ir seleccionando. Por 500 euros se pueden comprar estos programas.

A este gasto hay que añadir la construcción de la cabina, normalmente sobre un esqueleto de madera conglomerada, uno o varios proyectores de vídeo para ver el escenario en tamaño real y un buen puñado de ordenadores en red que gestionen los distintos paneles. "La ventaja es que se pueden reciclar viejos ordenadores Pentium para controlar los sistemas, basta con que soporten aceleración de gráficos 3-D. De no ser así no seríamos tantos los aficionados a la construcción de cabinas", argumenta David Tremoleda, coordinador de la reunión de Barcelona e importador de los paneles de FlightDeck Solutions en España.

Casi nadie tiene la cabina terminada, es una tarea monumental, pero el entusiasmo no decae. Con tiempo y paciencia, es posible construirla con un coste muy bajo, gracias al proyecto gratuito OpenCockpits y a otros, también con filosofía abierta, como FreeFD, para las pantallas multifunción, o ProMFD para el control de sistema del avión.

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