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Reportaje:

Placer sin penitencia

Un estudio con 29.000 hombres concluye que eyacular a menudo reduce el riesgo de cáncer de próstata

La teoría que los curas solían utilizar para reprimir los ardores de sus pupilos -"quien se masturba se queda ciego y tísico"- iba por completo desencaminada. Un estudio con 29.000 hombres, que se inició en 1986 para comprobar si la actividad sexual causaba cáncer de próstata, acaba de obtener la conclusión exactamente contraria: eyacular a menudo reduce el riesgo de desarrollar ese tumor, que es uno de los más comunes en los hombres. No importa que la eyaculación se obtenga masturbándose o por otros métodos más interactivos.

Los hombres tenían entre 40 y 75 años cuando el estudio empezó (hace 18). En 1992 se les preguntó cuántas veces al mes solían eyacular cuando eran veinteañeros y cuántas de cuarentones, y ahora se ha visto cuántos de ellos han desarrollado cáncer de próstata. La estadística concluye que los más eyaculadores (a cualquier edad) muestran una menor incidencia del tumor. Michael Leitzmann y su equipo del Instituto Nacional del Cáncer (EE UU) acaban de publicar los resultados en el Journal of the American Medical Association.

Los autores interpretan que eyacular a menudo "puede reducir la concentración de las sustamcias químicas cancerígenas que tienden a acumularse en el fluido prostático". La próstata es una glándula que aporta al semen algunos de sus fluidos.

Un equipo de científicos del Cancer Council de Victoria (Australia) alcanzó un resultado similar

el pasado julio, pero con una muestra menor de hombres. Aquel estudio examinó a 1.079 enfermos de cáncer de próstata y 1.259 hombres sanos, y concluyó que los sujetos que habían eyaculado al menos una vez al día cuando eran veinteañeros tenían un tercio menos de riesgo de desarrollar cáncer de próstata que los eyaculadores más moderados.

Leitzmann declaró ayer a Reuters que su nuevo estudio es compatible con los resultados australianos, y tiene la ventaja de que ha seguido el comportamiento de los hombres durante años, en muchos casos desde que tenían 20 años, en lugar de fiarse de su memoria lejana, que no siempre es fiable (al menos cuando la pregunta tiene que ver con el sexo y el que responde es un hombre).

Si fuera cierto que todo placer conlleva su penitencia, como suele sostenerse, sólo cabría concluir que la masturbación es un tormento.

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