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Entrevista:JAVIER ROJO | Presidente del Senado

"El PP es una pieza determinante para reformar el Senado"

Luis R. Aizpeolea

El nuevo presidente del Senado,Javier Rojo, 55 años, senador desde 1993, es secretario general del Partido Socialista de Álava y miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE. Es un veterano de la política nacional y vasca, marcado por dos personas: su amigo y dirigente alavés Fernando Buesa, asesinado por ETA en febrero de 2000, y su también amigo José Luis Rodríguez Zapatero, con el que compartió escaño de 1986 a 1993. La elección de Rojo no es casual. Zapatero ha querido tener al frente del Senado, para pilotar la reforma constitucional, a una persona de su total confianza y con sensibilidad autonomista.

Pregunta. En su primera intervención como presidente del Senado, el viernes, se comprometió a convertir, en esta legislatura, esta cámara en territorial por la vía de la reforma constitucional. ¿Para cuando se pondrá en marcha la ponencia de reforma?

"El sentimiento autonomista se ha generalizado a todas las comunidades"
"Ibarretxe es un demócrata y es el 'lehendakari' de todos los vascos"

Respuesta. Hablar de cuándo es precipitado. Antes necesitamos tejer las complicidades y acuerdos que lo permitan. Pero insisto en que haremos la reforma no sólo porque sea un compromiso programático del PSOE. Es una exigencia social.

P. ¿Cree usted que es una exigencia social apremiante?

R. Todas las encuestas dicen que los ciudadanos quieren que el Senado sea útil, que sirva para lo que lo crearon los constituyentes. Tenemos el mismo Senado que cuando aprobamos la Constitución hace 25 años. Y necesitamos un Senado en el que las comunidades autónomas jueguen el papel que les corresponde. Tienen que estar presentes en el Senado y no ser compartimentos estancos como ahora. Tiene que existir la conferencia de presidentes autonómicos. No puede ser que, como sucede ahora, una comunidad consiga sus reivindicaciones porque es del color o aliada del Gobierno.

P. ¿Cuales deben ser los contenidos de la reforma?

R. La esencia de la reforma es que funcione algo que no existe entre las comunidades autónomas: el diálogo y el consenso. Y el Senado debe ser el instrumento. La pretensión de la reforma es que las autonomías dejen de recelar y sean la columna vertebral del Estado y el Senado sea la casa común. Es poner en valor el título VIII de la Constitución.

P. El PP dice que es posible la reforma del Senado sin tocar la Constitución.

R. Eso es marear para que todo siga igual. Diez años de experiencia lo avalan. Para que el Senado sea Cámara de primera lectura en temas territoriales y para que la representación de las comunidades autónomas aumente en la Cámara es necesario la reforma de la Constitución.

P. Pero sin el PP, que es la mayoría minoritaria de la Cámara, a cuatro escaños de la mayoría absoluta, no es posible la reforma. Y el PP ya ha dicho que no quiere tocar la Constitución.

R. Aún hay mucho recelo porque en la pasada legislatura se rompió la convivencia. Hay que generar un nuevo clima de diálogo para superar el bloqueo porque la reforma, o la hacemos entre todos, o es casi imposible. Para nosotros, el PP es una pieza determinante, tanto que el PSOE quiso que Juan José Lucas fuera presidente del Senado. Pero no es responsabilidad nuestra que no lo sea sino del PP.

P. ¿Cree que el Senado va a cumplir su función de Cámara integradora si los nacionalistas, especialmente los vascos, han recelado de los órganos multilaterales y desean un trato de tú a tú con el Estado?

R. Creo que las cosas han cambiado. Antes había un sentimiento autonomista muy marcado en unas comunidades y nada o poco marcado en otras. Ahora, ese sentimiento se ha generalizado a todas. La importancia en el trato a las autonomías tiene que ser igual y las reglas las marcan los respectivos Estatutos, que fijan las competencias. La España autonómica ya está en la realidad española.

P. ¿Como va a ser posible gobernar esta Cámara con un PP a cuatro escaños de la mayoría absoluta, como oposición, y con el apoyo de ocho partidos tan distintos?

R. Será difícil, pero son los ciudadanos los que lo han querido. Nosotros tenemos que sumar con otros, pero esos otros también tendrán que sumar si quieren ser útiles. El que no ayuda no se ayuda a sí mismo. Juntos lo haremos.

P. ¿Cree que se pueden sumar a la reforma constitucional comunidades gobernadas por el PP?

R. Espero que lo hagan porque la exigencia de la ciudadanía de esas comunidades es la misma que la de las otras. Yo voy a visitar todas las autonomías. Hay un clamor social que reflejan las encuestas que dice que al Senado hay que darle una utilidad.

P. ¿Qué le parece que algunos partidos, como el PNV y ERC, hayan utilizado la fórmula del "imperativo legal" al jurar la Constitución, como Batasuna en 1989?

R. No me preocupa porque ya lo resolvió el Constitucional cuando dijo que era una fórmula legal. A partir de ahí, respeto las decisiones judiciales.

P. Las reformas de los estatutos serán un reto para el Senado en los próximos meses. Como dirigente socialista, ¿cree que deben fijarse unos criterios previos que acoten los límites de las mismas?

R. Ya lo están. El consenso debe igual que cuando se pactó cada estatuto y sus contenidos no pueden desbordar la Constitución.

P. ¿Cree posible que el propio Gobierno vasco reconducirá el plan Ibarretxe antes de ser rechazado en el Congreso y el Senado?

R. No sé que hará el Gobierno vasco. Pero tengo que decir que Ibarretxe es un demócrata y el lehendakari de todos los vascos y el PNV es un partido democrático. El alcance del planteamiento del Gobierno vasco lo determinarán las Cortes Generales. Y espero que como demócratas lo aceptarán.

P. ¿Cree posible que Imaz de la vuelta al plan Ibarretxe?

R. El señor Imaz es consciente de que estamos ante problemas nuevos, como el terrorismo internacional, que hace poco no teníamos, y que es una amenaza para todos. Tenemos que rebajar la tensión y respetar las decisiones de los cambios políticos en los partidos.

P. ¿Hay futuro político en Euskadi?

R. No me cabe la menor duda. Se aprende de la experiencia. Hubo quien se empeñó en que la realidad era otra. Pero son los ciudadanos vascos los que deciden y han apostado por el diálogo y el acuerdo.

P. ¿Quiere decir con ello que el PSE aprendió de los resultados de mayo de 2001, en que el bloque constitucionalista perdió frente a Ibarretxe, y que el PP no aprendió?

R. Lo que digo es que la mejor estrategia es la que acierta. Cuando uno marca una estrategia y se equivoca, no hay que enfatizarla aún más como han hecho algunos. Nosotros sacamos una lección de aquellas elecciones y se ha confirmado en éstas. Los ciudadanos quieren el diálogo y la convivencia.

P. ¿Han cambiado ustedes de actitud porque creen que el PNV ha cambiado de la época del Pacto de Lizarra?

R. Entiendo que todo el mundo aprende de sus errores, nosotros y el nacionalismo. Estamos en una situación distinta. Me gusta más lo que el PNV hace ahora que lo que hacía antes. Les veo más en el interés general que en el planteamiento ideológico. Y es que los vascos no quieren la confrontación ni las dos comunidades sino sumar la complejidad. Y la complejidad no la cambian los decretos ni las leyes. Y esto no supone abdicar de mis principios constitucionales.

P. ¿Ve la posibilidad de que en esta legislatura se encauce el conflicto entre nacionalistas y no nacionalistas?

R. Desearía que esta legislatura fuera el final de esa discusión de tantos años que no encuentra la solución. El mundo tiene problemas muy complejos y todos los vascos tenemos que estar a la altura de ellos. En Euskadi hay una gran esperanza de avanzar en la solución saliendo cada uno de nuestro mundo. Decíamos que un cambio de Gobierno en España podía hacer que la solución fuera posible en Euskadi.

Javier Rojo, presidente del Senado, el sábado en la Cámara alta.
Javier Rojo, presidente del Senado, el sábado en la Cámara alta.ULY MARTÍN

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