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Reportaje:CITAS

Desayuno con Leopold Bloom

Ritual en Dublín para festejar los cien años del día en que transcurre el 'Ulises'

Desde hace décadas se celebra con fervor religioso (y no sólo en Irlanda) el Bloomsday, un día en la vida de Leopold Bloom, protagonista del Ulises. Los juegos de palabras encantarían a Joyce: Bloomsday suena como Doomsday (día del Juicio Final), y eso es la jornada de la novela, una especie de epítome universal, compresión del tiempo y del espacio de manera que unos gestos anecdóticos revistan la solidez de una epopeya, de odisea en sentido literal. Por otro lado, ReJoyce tiene en inglés un eco bíblico-litúrgico (regocijaos).Por fin se lleva bien con sus compatriotas. Lo curioso es que habiéndose exiliado de su tierra a los 22 años, y sin apenas haber vuelto a poner los huesos en su país, toda su obra la dedica de manera obsesiva a su ciudad natal, Dublín. Su obra no es muy copiosa en títulos: Retrato del artista adolescente, Dublineses, Ulises (publicado en 1922, el día que cumplía 40 años) y Finnegans Wake.

Cada episodio tiene una localización precisa, y casi siempre los personajes son reales. El escenario del Ulises es todo Dublín. Pero existen algunos puntos calientes dentro de la novela que resultan (no por azar) puntos álgidos también para la celebración joyceana. Por ejemplo, la playa de Sandycove: allí comienza la novela, en la Torre Martello; una de las quince atalayas levantadas en 1804 para proteger la costa de Dublín de posibles ataques napoleónicos. Caídas en desuso, el Ministerio de Defensa las alquiló como vivienda. Un amigo de Joyce, el escritor St. John Gogarty, fue el primer inquilino en la torre de Sandycove; Joyce fue a visitarle, pero salió de allí literalmente a tiros. Un arquitecto compró la torre en 1954 y con ayuda de John Huston creó el Museo Joyce (1962), que sigue ocupando el baluarte, un santuario obligado para los joyceanos. Como lo es también el pueblo contiguo y luminoso de Dalkey, donde transcurre el segundo capítulo del Ulises.

En el centro de Dublín, la elección se torna más engorrosa; habrá que echar un vistazo a la calle central, O'Connell; buscar en sus inmediaciones la estatua paseante de Joyce, y también las placas de bronce que marcan, por el suelo, algún pasaje del Ulises. Por allí está el Centro James Joyce, cercano al colegio de jesuitas Belvedere (donde estudió) y al Monto, el barrio rojo del Dublín eduardiano, que era el mayor burdel de Europa, donde Joyce perdió su inocencia (y sus narices, en una ocasión), recreado en el capítulo 15, que es el corazón de la novela.

Otro capítulo se desarrolla en la Biblioteca Nacional: ésta va a mostrar manuscritos de Joyce recientemente adquiridos (junio). Otra exposición importante será la del IMMA (Museo de Arte Moderno) sobre artistas influidos por Joyce (del 7 de abril al 1 de agosto). Entre los actos previstos están el XIX Simposio Internacional James Joyce (12 a 19 de junio) y las celebraciones del Bloomsday (16 de junio), que arrancan el día 13 con un desayuno joyceano en O'Connell Street para 10.000 personas, siguen con fiestas callejeras el día 16 y terminan con Elijah is Coming, un gran espectáculo el día 19. El programa completo se puede consultar en www.rejoycedublin2004.com.

Se puede cerrar el periplo con dos visitas: una, al número 15 de Usher's Island, la casa de Los muertos (último relato de Dublineses, llevado al cine por John y Anjelica Huston), ahora galería de arte y centro joyceano, justo frente al novísimo puente James Joyce, diseñado por Santiago Calatrava. Y otra visita a la fábrica de cervezas Guinness; en el último piso, un bar acristalado, se puede abarcar Dublín en 360 grados, con comentarios de Joyce transparentados. Es la manera más joyceana de contemplar esa ciudad: con una pinta de cerveza en la mano, jocundos y elevados, sin olvidar que el chorro vital del Ulises termina, significativamente, con un mayúsculo Sí.

Pasarela de hierro sobre el río Liffey, un escenario joyciano en Dublín.
Pasarela de hierro sobre el río Liffey, un escenario joyciano en Dublín.CRISTÓBAL MANUEL

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Cómo llegar

- Iberia (www.iberia.com y 902 400 500) ofrece en la web ida y vuelta a Dublín desde Madrid y Barcelona por 151 euros más tasas.

- Spanair (www.spanair.es y 902 13 14 15). A Dublín desde Madrid, a partir de 30 euros el trayecto.

- Aer Lingus (www.flyaerlingus.com). Desde Barcelona y Madrid, a partir de 75 euros el trayecto.

Información

- ReJoyce Dublin 2004 (www.rejoycedublin2004.com). Calendario de eventos y enlaces.

- Oficina de turismo de Dublín (00 353 605 77 00 y www.visitdublin.com).

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