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Miquel Gil inicia hoy en Valencia la gira de 'Katà', un álbum en el que evoluciona de cantautor a cantaor

Miquel Gil inicia esta noche en Valencia la gira de presentación de Katà, un álbum con el que recorrerá hasta junio varias ciudades españolas y europeas, entre ellas Barcelona, Madrid, Newcastle, Alcoi, Bremen o Toulouse. Para su autor, Katà, que ha entrado ya en las listas étnicas europeas, es "una evolución lógica" de Orgànic, su sorprendente disco anterior, pero de ninguna manera un "orgànic segunda parte". No lo es porque, entre otras cosas, han desaparecido muchos "condimentos pop", como la batería, los acordeones cromáticos o las guitarras acústicas, sustituidas éstas por la tradicional guitarra española, o flamenca, que marca de forma contundente el álbum. Y "las estructuras ya no son del tipo estrofa-estribillo con su puente y su intro", añade este defensor de la música étnica de transmisión oral.

Con letras de jóvenes poetas en catalán, ha buscado un sonido que se sitúa en el Mediterráneo central, lo que algunos llaman "sonido estándar mediterráneo", según dice Miquel Gil, que pasó 2003 "aprendiendo a cantar". El que en su día fuera inconfundible vocalista de Al Tall se ha entrenado para interpretar "más como cantaor que como cantautor". Este proceso, asociado a una tarea compositiva que se aproximaba también a formas flamencas, le llegó a generar, confiesa, una crisis por temer situarse "demasiado en el terreno flamenco". Una crisis de la que salió con ayuda de los cantantes, o cantaors, mallorquines que ha escuchado y asimilado durante el último año. Así, en el álbum Katà hay picats mallorquines, albaes de Castellón, música gnawa de Marruecos y zeiembetico griego. El disco arranca con un encuentro de clarinete turco, gaida búlgara , guitarra y canción de trilla. Pero en medio está su versión del Bolero de L'Alcúdia y hay valencianas, que fuera del País Valenciano, recuerda Gil, "son más conocidas como verdiales", hay granadinas y fandangos, presentes en diferente medida en el folclor valenciano, y hay una peculiar soleá por bulerías. ¿Flamenco? "La música que se hace en el País Valenciano, tampoco es tan diferente del flamenco", sugiere Miquel Gil. "Pero", agrega, "el flamenco es una música relativamente moderna que ha evolucionado constantemente y a lo mejor nosotros miramos más al pasado".

A Gil le pareció que "vivir de espaldas a la guitarra flamenca era estéril" y se ha "limitado a compartir cosas con esa energía que tiene la guitarra flamenca. Siempre partiendo de fórmulas nuestras". Esta noche se puede comprobar en la sala Loco Mateo de Valencia, donde se alternarán canciones de Katà y canciones de Orgànic con nuevo ropaje instrumental, además de "unas gotas de cant lliure" valenciano. Miquel Gil, guitarra en ristre, se presenta con los músicos que le acompañan desde hace más de un año: Diego López a la percusión, Cristóbal Rentero a las cuerdas, Eduard Navarro a los vientos y David Farrán al bajo.

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